Agenda Cultural UdeA - Año 2003 NOVIEMBRE | Page 33

ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003 de muy variados credos, desde hace siglos surcan nuestras aguas. Lo hacen-lo han hecho- en nombre del saqueo, en nombre de la desesperación y en nombre de la esperanza. El Caribe es, por todo lo anterior, una encrucijada de utopías: Colón, Louverture y Martí; Roumain, Garvey, Carpentier, García Marquéz y Alexis; Revolución Cubana. La utopía puede ser examinada no sólo como el ideal de sociedad perfecta formado en la cabeza de alguien, no sólo como modelo coherente, sólido y terminado, sino como evento, como efusión de energía sobre lo real( 1). La utopía, vista así, no es pura idealidad, tampoco concentración sobre la meta, sino proceso, praxis liberadora que " maneja " las contradicciones reales para rearticularlas en otro nivel. Desde este enfoque pudiéramos examinar algunas dinámicas del teatro caribeño y dar cuenta de sus " actuaciones utópicas ". De los diversos modelos de Vida Mejor que el Caribe históricamente ha generado, se desprenden dos actitudes básicas vinculadas entre nosotros a la utopía: protección de la Identidad en mención de la calidad nueva. Cintio Vitier llamaba recientemente a meditar sobre el vínculo que existe entre resistencia y libertad( 2). Advertía Vitier que si la resistencia, esto es, la protección de la identidad amenazada, se desvincula del momento de la libertad, del principio creativo; si nos aferramos con