ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003
de la generación del ochenta y del noventa, a pesar de las dificultades y crisis del sistema, manejaron su obra con participación internacional, gracias a la Bienal de La Habana, la mayor convocatoria de las artes plásticas y visuales del Caribe, con la participación internacional de los artistas emergentes y significativos del momento. El arte en Cuba es lo más vivo de la sociedad, con una generación de propuestas postmodernas que se involucran en acontecimientos como la emigración, la austeridad, la pérdida de protección económica, y la amenaza del inacabable embargo. De estos escenarios, artistas como Jesús de Armas, KCHD, Bedia, encuentran materia y ac 13 metáfora suficiente para llevar por el mundo los reflejos de una nueva sociedad, con obras que siguen siendo la consecuencia de una cultura que siempre ha apostado por sus creadores e intelectuales..,
La estética del viaje simbólico con los
antepasados llena las obras de Moisé Finaie, en una evocación donde lo ritual es parte de las ambientaciones eróticas de sus caras y
cuerpos enmascarados. Bedia y KCHD representa el viaje inacabado hacia Norteamérica, con representaciones explícitas ~ evocadoras de los " Marielitos " [ participantes de la invasión del Mariel ], y del destino frente al destierro. En estos dos artistas el dibujo es fundamenté y genera la escenografía tridimensional. El viaje, la identidad, la religión, la magia, son valores fundamentales de la estética caribeña, tanto en la pintura como en las instalaciones y el arte-objeto. En República Dominicana, después de una larga búsqueda llevada por Celeste Woss y Gil, Y Yoryi Morel, para alcanzar una obra con valores expresionistas e impresionistas locales, las artes plásticas y visuales conocerán las aventuras de las diferentes escuelas vanquardistas europeas principalmente la catalana, pero con matices y resultados originales.. Jairru Colson es un buen ejemplo, quien después de varios Viajes a México, Cuba: y Europa, y de ser influenciado hondamente por los muralistas mejicanos y por maestros cubanos como Portocarrero y Carreño, en un primer tiempo, y luego por Chirico y Picasso, encontrará a su regreso a la Isla, a partir de los cincuenta, una ubicación estética alimentada por la naturalezas tropical y las figuras humanas negroides, muy notables en su serie de dibujos y tintas relacionados con su viaje a la Isla vecina. Por los ano ~ cincuenta y sesenta, Paul Giudicelli abre una tendencia de