Agenda Cultural UdeA - Año 2003 NOVIEMBRE | Page 25

ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003
Lam marca el movimiento,... me rehúso a pintar cha cha chá( baile de moda en la época); quiero pintar el espíritu negro, la belleza plástica de los negros, al costo de molestar los sueños de los colonizadores... " Después de quince años de residencia en España, el maestro regresa a Cuba, empapado de todos los movimientos vanguardistas, pasando también por París, donde compartió con Picasso. Su retorno, en 1 941, después de la Segunda Guerra Mundial, motivado por sus encuentros con los surrealistas, precisamente con André Breton, con quien viajara a Martinica y a Haití, irá construyendo los acontecimientos que darán a luz a una obra manifiesta, como La Jungla en el año 1943. La obra mayor conjuga la estética del " viaje ". Lam recibió las tendencias que se perfilaban en los talleres de Madrid, Barcelona y París, al tiempo que en él se imponía el cuestionamiento de todo creador caribeño, frente a su realidad, es decir, de ciudadano marcado por sus profundas raíces, nacidas de la deportación y más aún de la colonización, y su lucha por pertenecer al mundo a partir de las luces de su propio patrimonio visual. La Jungla, más que un viaje histórico, es una investigación que permitió, entre las décadas del cincuenta al setenta, que muchos creadores del Caribe se identificaran o no con la propuesta conceptual de códigos, símbolos y señales, pertenecientes al territorio mágico religioso
del Caribe, que tanto inspiró y transformó a los surrealistas y postsurrealistas europeos y americanos. La búsqueda de una identidad propia será el objetivo de las diferentes direcciones de la modernidad caribeña. Una identidad espiritual y cultural, marcada en los años treinta por los movimientos políticos independentistas y autonomistas, en ruptura con los valores de la transculturización neocolonial. En Martinica, a partir de los años sesenta, artistas como Serge Hélénon crean una escuela negro- caribeña, que responde a las interrogantes de la pertenencia a la negritud, lanzada por Césaire, y reivindicada políticamente por Frantz Fanon, en una urgencia de independencia y soberanía. La creación artística se profesionaliza en torno a la Escuela de Bellas Artes de Martinica, surgida en 1946. Los artistas locales siguen reivindicando en las artes una identidad propia con grupos importantes, como el Fromager( que significa en español el árbol de pan de fruta o buen pan), del que hay que destacar al artista Joseph René Corail, alias Cocó, que encuentra en la exploración de al: 11 materiales industriales una manera de recuperar los objetos y crear a su manera una suerte de nuevo realismo, con matrices caribeñas. Los adeptos del grupo Fromager buscan una estética, a partir de todas las particularidades de las raíces culturales del Caribe. Pero la ausencia total de estructuras profesionales, tanto en Guadalupe y Guyana