ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003 de la naturaleza : el Caribe estaba asociado a la idea de aventura , y el temor de ser abordados por los piratas o corsarios que surcaban los mares acompañó constantemente a varios de nuestros viajeros . ¿ Cómo veían esos pasajeros las islas que visitaban o que reconocían al avanzar en su ruta ? Como islas de hermosura encantadora , emergiendo del azul del mar y flotando como un espejismo de cuento de hadas en las vistas doradas de los trópicos . La tierra les parecía de otra calidad , la vegetación de un verde nuevo , más verde , los frutos de una forma rara y de un sabor delicioso . Al llegar a Saint Thomas , una de las primeras paradas de las embarcaciones que cruzaban el Atlántico , el paisaje producía comentarios como el siguiente : " todo lo que vemos es nuevo para nosotros . Sobre el borde del golfo que enmarca las altas montañas , una vegetación lujuriante , hojas verdes sobre las cuales las mimosas gigantescas despliegan sus flores escarlata , más lejos , los cocoteros esbeltos , balanceados por el viento del mar ; enfrente de nosotros , la ciudad de Saint Thomas [ Charlotte Amalie ] sobre sus tres colinas y sus casas blancas y sus techos rojos reflejándose en el agua transparente de la bahía ". ( 7 ) Las Islas Vírgenes son descritas como arrecifes bajos rodeados de un cinturón árido , y con escasas caídas de agua . A diferencia de éstas , a partir de San Kitts empezaba una procesión
de islas de tierras montañosas , con picos azules cubiertos por nubes , y con laderas bien irrigadas , en las que la caña era cultivada hasta el mismo listón de arena blanca de sus playas . Antigua estaba cubierta de piñas y de plantaciones de azúcar . Ya hemos dicho cómo era el cultivo en la Martinica , isla coronada por bosques , y en la que , pensaban algunos , ninguna imagen escénica en la América Tropical era más hermosa que el poblado portuario de San Pierre con el monte Pelée detrás de él . Ahí , las casas estaban construidas en piedra y sin grandes pretensiones . Por su parte , Dominica , para más de uno , presentaba un escenario sin rival en las colonias inglesas . En cuanto a las Granadinas , cerca de 1 20 , son descritas como islotes muy peligrosos para los marineros , formadas de pórfido puro y de figuras singulares . De Granada se dice que apenas era posible imaginar algo más bello que la vista de esa isla : ' se yergue como un jardín entre los islotes desnudos e inhabitados " ( B ). Y hablando de jardines , Barbados , donde la caña no dejó un pedazo de tierra libre , era considerado como un jardín bien cultivado . Hacia las grandes Antillas , Puerto Rico causaba expectación , especialmente la vista del Morro que custodiaba la entrada a San Juan ; Santo Domingo fue descrita como alta y accidentada y sus perfiles audaces y pintorescos . En ella los ojos podían " recrearse