ISBN 0124-0854
N º 94 Noviembre 2003
Caribe
en el siglo XIX p o r L a u r a M u ñ o z
Rutas y recorridos de la mirada extranjera que cuentan lugares y colores de este Caribe hace dos siglos... Un viaje que descubre maravillas y secretos
Desde que Cristóbal Colón identificó el Caribe como el paraíso terrenal, impresionado por los cardúmenes de peces voladores, " la mar como un río,( y) los aires dulces y suavísimos ", casi todos los viajeros que dejaron constancia de su paso por sus tierras y aguas expresaron, en mayor o menor grado, el asombro que les causó el entorno. Observadores atentos, esos extranjeros en tránsito dejaron en sus escritos una descripción de lo que vieron en sus travesías. Sus testimonios permiten construir o reconstruir la representación que hicieron de ese espacio que ha sido considerado escenario de luchas imperiales; tierra fértil para la producción de azúcar; ámbito en el que la explotación de mano de obra forzada en grandes proporciones fue cosa corriente; asiento de sociedades con una cultura basada en diferencias raciales y de clase, caracterizadas por la explotación, la opresión
y la desigualdad, que dieron paso a una experiencia común de resistencia. ¿ Son esas las imágenes del Caribe que dejaron nuestros viajeros? En parte. ¿ En qué insisten sus relatos? Eso depende de varios factores: de la sensibilidad de cada uno, de su cultura, del objeto de su viaje, de la época en la que lo llevaron a cabo, de sus prejuicios, de sus creencias... Y así como hay diferentes miradas y distintas escrituras, también hay diversas lecturas de esos textos. En las siguientes líneas recuperaremos algunas de esas apreciaciones, especialmente aquellas que describen el aspecto físico de la región. Hoy, igual que lo hiciera la Corona Española en tiempos coloniales, identificamos el Caribe como una región. Sin embargo, las narraciones de aquellos que lo recorrieron a lo largo del siglo XIX no lo muestran así. Hacen referencia a una sucesión de islas dispuestas en una especie de arco y divididas