Agenda Cultural UdeA - Año 2003 MAYO | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 88 Mayo 2003 habilidades que producen resultados y más concretamente al arte de producción y mantenimiento de instrumentos. Ejemplos de la primera acepción son todos los desarrollos de la prehistoria. Y esto es muy importante porque la historia del hombre ocupa un período mínimo con relación a la prehistoria; una proporción aproximada de 1 a 200. Aunque es un período de lentísima evolución, para la especie humana constituye una fase fundamental del desarrollo de la civilización. Avances técnicos como la fabricación de herramientas de piedra, el descubrimiento del fuego, del propulsor y el arco, la piedra pulida, la alfarería y la metalurgia son saltos cuánticos en el desenvolvimiento humano. Pero su uso fue ciego porque el hombre prehistórico sabía, por ejemplo, producir fuego mediante la técnica de frotar palos, pero no sabía por qué surgía la llama. No tenía idea de los motivos de ese resultado, es decir obtenía un éxito ciego. Eso mismo sucede hoy con muchas técnicas médicas, por ejemplo.
De otro lado cuando la ciencia explica las causas sobre las que opera técnicamente, se tiene una técnica racional, es decir una tecnología. En este sentido la tecnología es un producto de la modernidad, es el resultado de teorizar científicamente sobre la técnica. O es la aplicación de la ciencia para lograr resultados técnicos, por eso en ciertos contextos se le denomina tecnociencia. En la
actualidad es algo tan complejo que algunos la denominan la máquina tecno-económica. Así pues, la tecnología moderna está estrechamente ligada a un modo de organización de la producción: el de la industria moderna y sus vastas dimensiones, pero además se diferencia de la técnica precientífica de una manera cualitativa. A pesar del papel decisivo de las invenciones técnicas, lo más importante es su modo de evolución que, como ya se anotó, fue muy lento porque era esencialmente un conjunto de habilidades prácticas, carentes de verdadera justificación teórica. De otro lado, lo característico de la evolución tecnológica es que cada vez es más rápida, adopta un carácter cada vez más sistemático, es cada vez más consciente. Como ha señalado Ladriére, la actividad tecnológica contemporánea está ligada a la práctica científica por sus resortes profundos. Además esta relación es tanto más visible cuanto más afecta a las formas más avanzadas de tecnología. Al principio las teorías científicas seguían a las innovaciones tecnológicas, como sucedió con el origen de la termodinámica y la máquina de vapor, pero últimamente, la teoría precede a las realizaciones técnicas, como en el caso de la energía atómica. Parece pues, que la interacción estrecha con la ciencia es una característica específica de la tecnología moderna.