ISBN 0124-0854
N º 89 Junio 2003 opiniones o palabras heréticas, sospechosas, erróneas, temerarias, malsonantes ¡ escandalosas o blasfemia heretical contra Dios, nuestro señor, y su santa fé católica, y contra lo que tiene, predica y enseña nuestra Santa Madre Iglesia Romana, lo digáis y manifestéis ante Nos ".( 7) Encierra luego el Edicto una cuidadosa clasificación de las herejías: la Ley de Moisés, la Secta de Mahoma, la Secta de Lutero, la Secta de Los Alumbrados y un catálogo de diversas herejías, consistentes unas en la negación de dogmas de la Iglesia Católica, otras en la violación de los votos eclesiásticos tales como la de los solicitantes, a saber, " quea ~ ún confesor o confesores, clérigos o religiosos, de cualquier estado o condición que sean, en el acto de la confesión, o próximamente a ella, hayan solicitado sus hijas de confesión provocándolas o induciéndolas con hechos o palabras para actos torpes y deshonestos, o hayan hecho lo mismo fuera del sacramento de la confesión en el confesionario o cualquiera lugar adonde se oye la confesión, o se ha elegido por tal, simulando y fingiendo, por no ser notados, que oyen de penitencia y confiesan, aunque sea sin propósito de confesar y estando así solo para tratar sus amores deshonestos, solicitando o provocando a ellos, sin que puedan ser absueltos en dicho caso las dichas tales personas así solicitadas o provocadas hasta que primero hayan denunciado en el Santo Oficio del que así las solicitó... "( 8) Vecina de los solicitantes y no del todo desemparentada con ella- díganlo si
no Loudon y Louviers-, se encontraba la herejía de quienes " tengan o hayan tenido familiares, invocado demonios y hecho cercos preguntándoles a ~ unas cosas y esperando respuesta de ellos; o hayan sido brujos y brujas; o hayan temdo pacto táCito o expreso con el demonio, mezclando para eso cosas sagradas con profanas, atribuyendo alacriaturaloqueessólodeICriador... "( 9) Y, para mayor identificación, entre los otros muchos detalles el Edicto señalaba, en cuanto a brujas se refiere, que " muchas personas, especialmente mujeres fáciles y dadas a las supersticiones, con más grave ofensa de nuestro señor, no dudan de dar de cierta manera de adoración al demonio, para fin de saber de las cosas que desean, ofreciéndole cierta manera de sacrificio, encendiendo candelas y quemando incienso y otros olores y perfumes y usando de ciertas unciones en sus cuerpos, le invocan y adoran con el nombre de Ángel de luz y esperan déllas respuestas o imágenes y representaciones aparentes de lo que pretenden, para lo cual las dichas mujeres otras veces se salen al campo de día y a deshoras de la noche y toman ciertas bebidas de yerbas y raíces con que se enajenan y entorpecen los sentidos, y las ilusiones y representaciones fantásticas que allí tienen, juzgan y publican después por revelación o noticia cierta de lo que ha de suceder... " De estas transcripciones, acaso demasiado extensas, surgen varias anotaciones interesantes: hemos venido sosteniendo que el concepto que prima y se aplica por los