Agenda Cultural UdeA - Año 2003 JUNIO | Page 10

ISBN 0124-0854
N º 89 Junio 2003 sería justamente el de la Inquisición. El mérito esencial de esa piedra de toque está en el ángulo nuevo desde el cual se ven las cosas. No es que los brujos se acabaran, o se acabaran los inquisidores. Los brujos andaban por otros caminos. Los inquisidores venían de un planeta distinto. La prueba de esto es que, cuando son inquisidores de este planeta, surgidos de la infortunada idea de un gobierno criollo, adaptan y mejoran para sí todas las técnicas y todos los oprobios inquisitoriales, desde la tortura hasta la incitación a la delación. Y ésta es, justamente, la tragedia de América. En los mejores momentos de su vida, la cual tiene los elementos poderosos para rechazar lo nocivo, viene la frustración, que es siempre, en alguna forma, frustración de su libertad. La América Latina se ha debatido a lo largo de cuatro siglos en busca de su libertad, sin acabar de conquistarla. Y cuando ha llegado a obtenerla se le ha frustrado, también, entre las manos. Cuando la Inquisición llega a Lima, y después a Cartagena, la brujería está ya aposentada en el nuevo mundo. Sus ritos se practican; se rezan las mismas oraciones, se ejercitan los mismos conjuros que en Europa llevaron a muchas gentes a la hoguera. Pero es un mar de fondo, turbulento y oscuro, lleno de nuevos misterios, de asechanzas distintas, en el cual el hechizo europeo es tan leve como el penoso barniz de civilización que van recibiendo las Colonias.
Apenas la Inquisición se establece, comienza a destaparse la inmensa olla podrida de los pecados de Indias. Que, antes del establecimiento del Tribunal de Cartagena, habían tenido ya contemplación atenta del de Lima, como lo atestigua la cabeza cortada del Oidor Cortés de Mesa( 6), muerto más bien por la pugna con la Audiencia que por otras razones.
Los informes de las crónicas de Indias denotan cómo se abate sobre las plazas desguarnecidas de los nuevos reinos el demonio de la lujuria, representado en las emigrantes españolas de mejillas cubiertas de bermellón o en los failes solicitantes o en los solícitos cuerpos dúctiles de las indias, fueran éstos de la jurisdicción inquisitorial. Y hasta Lima van a dar los procesos por ofensas al sexto y al noveno mandamientos. El diablo de la concupiscencia es el que con más ahínco clava su garra en estas tierras calientes que vuelven cálidos a los hombres.
El último de noviembre de 1610 los inquisidores Mañozca y Salcedo se trasladaron a la Catedral para dar lectura al Edicto de Fe que impreso venía al efecto desde España para poderlo hacer llegar a todas partes. " Mandamos dar e dimos la presente para vos y cada uno de vos, en la dicha razón, para que si supiéredes o entendiéredes o hubiéredes visto o oído decir que a ~ una o a ~ unas personas ¡ vivos ¡ presentes � ausentes, o difuntos, hayan hecho, o dicho, � creído a ~ unas