ISBN 0124-0854
N º 89 Febrero 2003 fin de invocar a los espíritus amigos. Sólo luego de varias horas llama a los enfermos a quienes pone de espaldas a él con el torso desnudo y los ventea con la escoba de hojas, mientras canta, hace gestos que simulan atrapar la enfermedad, para luego expulsarla mediante una exhalación fuerte de aire.( Cháves y Vieco; 186: 1987J
Esta posibilidad que tiene el chamán de viajar al terreno de los espíritus es definida por la ciencia occidental como el " trance ". Esta significación genera polémica en el mundo contemporáneo. Al respecto el investigador Germán Zuluaga( 1999:10 y ss ] afirma que los cambios de conciencia en el individuo, desde hace varios siglos, son interpretados como alteraciones o patologías y se definen con eltérmino de alucinación considerada como indicio inequívoco de enfermedad mental.
Sin embargo, desde el punto de vista histórico resulta innegable que desde hace miles de años, en todas la culturas, el ser humano ha hecho ingentes esfuerzos por hallar mecanismos que produzcan cambios en su conciencia en búsqueda de una comunicación con la realidad espiritual que permita una percepción distinta y una explicación de la realidad material. Es así como en muchas tradiciones religiosas se induce el trance por medio de mecanismos como la oración, los mantras, la meditación y el ayuno, entre otros. Las investigaciones sobre el uso de plantas alucinógenas establecen que estos vegetales
constituyen una de las variadas formas para lograr el trance o estados similares que producen la sensación de ver y contactar con lo sobrenatural; este fenómeno cobra vital importancia dentro de la lógica mágicoreligiosa de los pueblos inmersos en la cultura que se construye alrededor del yagé.
La civilización occidental produjo un progresivo distanciamiento con el uso de las plantas alucinógenas. Algunos consideran las plantas de uso sagrado dentro de las comunidades indígenas como vegetales tóxicos. Sin embargo, desde hace varias décadas, muchos occidentales han incursionado nuevamente en el uso de estas sustancias, buscando una respuesta a los grandes problemas de la civilización industrial. El interés creciente por los poderes del yagé ha suscitado en los últimos cien años nuevas formas de concebir y de manipular esta planta; personas de manera particular, y otras organizadas en colectividades religiosas o científicas, hacen un uso distinto en su esencia de aquel empleado por los indígenas que milenariamente la han manipulado.
El curanderismo, es un fenómeno provocado por el uso del yagé por parte de personas que no pertenecen a las comunidades indígenas que, por lo general, habitan cerca de ellas. Aunque algunos inician el proceso formal de aprendizaje, la gran mayoría incorpora procedimientos y conceptos propios de su