ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003
El ahora
Del ahora que creo que hay que hablar, en cuanto intentamos situar un espacio temporal para la reflexión entre la disciplina y el cuerpo, es de ese momento que tan esquiva y polémicamente se llama postmodernismo-que según algunos empezaría después de la Segunda Guerra Mundial, y según otros sólo después de la caída del Muro de Berlín-, y que tendría, paradójicamente, como uno de sus mayores exponentes a Federico Nietzsche, ¡ quien murió en 1900! Como advertía, no tengo argumentos ni paciencia para inmiscuirme en disputas de historiadores o filósofos( no sé siquiera si éste es un tema de los unos o de los otros, o de ambos), pero para poder delimitar el lugar de donde hablo diría que el postmodernismo nace cuando se empiezan a poner en evidencia todas las irracionalidades a las que había conducido la creencia " moderna " de que la razón era suficiente. Es probable que las primeras alarmas las haya disparado Max Weber y que las hubiese confirmado la escuela de Frankfurt desde la segunda década del sigloXX.
Entonces, el punto de inflexión sería aquel en el cual se empiezan a denunciar todos los horrores de la edad moderna, todo lo que esa época 9 significó en opresión, a contrapelo de todas sus promesas de libertad, de igualdad y
9
¿ Los iluministas, la Revolución Industrial, la Revolución Francesas?
de fraternidad. " El postmodernismo afirma que la modernidad no es una ampliación de la libertad, sino que más bien llegó a ser una fuerza de sujeción, opresión y represión; esta calificación se aplica también a la ciencia social misma, la cual es un producto de la modernidad. Los postmodernistas están desilusionados con la noción liberal de progreso y la radical expectativa de emancipación. Las fuerzas de la modernidad( por ejemplo, el industrialismo) han extendido y ampliado el alcance de la violencia en el mundo. Aún peor, de acuerdo con la crítica postmodernista, la forma más utilizada para responder a esa violencia es por medio de organizaciones racionales( los sistemas de cortes y las burocracias regulatorias) con una gran confianza en especialistas y expertos. Como esta respuesta simplemente reproduce la dominación, la crítica sugiere que es tal vez nueva pero no por eso menos perniciosa”. 10
De acuerdo con esta versión de la modernidad de Schwartz y Friedrichs, hay que tener en cuenta que la ciencia también jugó un papel importante como instrumento de opresión, especialmente las llamadas ciencias humanas. Fueron ellas las que ayudaron a clasificar a las
10 Martin D. Schwartz and David O. Friedrichs.
Postmodern Thought and Criminological Discontenr. Citado por George Vold y otros. Theoretical Criminology. New York: Oxford University Press. 1998, Pág. 271.