Agenda Cultural UdeA - Año 2003 DICIEMBRE | Page 29

ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003 luces que nacían en los árboles , juntando alegría para todos . Cada persona podía coger su pedazo . Y sería necesario iluminar esta página para mostrar el extraño colorido de luces que esa noche bañaba a la gente y a los espantos . Las diablas , las cortesanas de El Mohán , las brujas y las muertes danzaban en patines y , entre danza y danza , tocaban niños , abrazaban muchachas , jalaban policías ; se ponían cerca de la gente meneando sus deformaciones , pavoneándose más engrandecidas por el furor del festejo que por sus míticos poderes . Desesperados se veía a los acólitos de El Cura sin Cabeza corretear a un lado y otro preguntando por una cabeza . Una niña dijo : " Véala aquí " y la sacó del bolsillo , invisible , apretada con la punta de los dedos , y el acólito , aun más preocupado , le contestó : " No , esa no es " y siguió buscando . Toda la gente se reía . Era 7 de diciembre . Los descendientes urbanos de los antiguos antioqueños , que se las vieron cara a cara con aquellos seres ; estaban reunidos para ver pasar la legión de monstruos ancestrales , bruñidos en reino de espuma y lentejuelas , como si tanto infierno prometido , tanta maldición , tanto susto agarrado en matorrales y caminos , fueran cosa de circo con fotógrafos . Los que no gozaban con el simulacro de espantos y con las macabras deformaciones , gozaban viendo tanto correteo de gente . Todos parecían dispuestos a gastar del tributo expansivo que
les había traído la Navidad . Al paso de los mitos y de las leyendas , la avenida La Playa , la avenida Oriental , el edificio Coltejer , que fueron y son mitos de la ciudad , iban quedando atrás , más frágiles que El Hojarasquín del Monte . La cola del desfile marcaba una desbandada , pues por donde pasaba el último espanto se desgranaba el tumulto de espectadores . El centro se retorcía como si fueran las seis de la tarde , con toda esa gente repartida en calles y buses , dirigiéndose a los barrios o al parque San Antonio donde concluiría la marcha con un gran baile . Aquel payaso había esperado sentado en una acera , en medio de dos putas grandes y emperifolladas . Las tres figuras formaban una composición tan transparente y fluida que podían tomarse por una alegoría , un cuadro mítico huido de la marcha que retumbaba a pocas cuadras . A las diez , el desfile había recogido sus huesos y sus prendas de toda clase . El centro , que lo reabsorbe todo como una gran esponja , se había " recuperado " por entero del paso del desfile y las calles con peatones , pasajeros y espantos despojados de todos sus poderes eran otra vez del payaso de doce años y de la noche urbana , que era la noche del 7 de diciembre . Medellín , Antioquia , diciembre 7 de 1996