ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003 pusieron encima . Desde las cuatro o cinco dela tarde , la gente de Medellín y de muchos pueblos de Antioquia empezó a llenar las calles por donde pasaría el bestiario . Si los que iban llegando eran los primeros , miles eran los primeros , podían sentarse en los sardineles que separan aceras y pavimento y esperar a que largaran los mitos y las leyendas ; pero con el paso de los minutos , tanta gente que llegó carcomió el espacio disponible como hormigas en una torta y quienes llegaron de segundos , que también eran miles , ya no encontraron puesto desde donde mirar completamente el desfile , y para los terceros éste no fue más que el retumbar de la música discurriendo por un lugar privilegiado , más allá del tumulto . Los primeros no verían duendes , mohanes y espantos actuando a mansalva en cañadas y oscuridades , sino paisas disfrazados , ataviados como aquellos seres peludos , pero que se gastaban de tal forma en contorsiones , saltos , vueltas y zapateas , que parecían verdaderos mitos destinados a durar muchos años . Más allá del tumulto , plateada , bombardeada de luces de bombillas y relámpagos de flash , y custodiada por policías y boy scouts , pasó la caravana de seres preternaturales hechos de cartón , trapo y espuma ; pasó La Lengüilarga enroscando gente con sus lambetazos ; pasó
La Mulona con su cargamento de niños ; pasó La Cabellona con su larga melena crecida en muchos años de muerta . El Mohán "
Salía de un río de celofán con red de peces y manos y cabezas de pescadores ; La Llorona lloraba sin fin ; María del Pardo iba perdiendo hombres sin darles a conocer del doble tesoro que guardaba ; pasaron La Madremonte , La Mano Peluda , La Candileja , El Sombrerón . Ninguno llegaba para matar del susto a nadie , ni había salido de su cueva , bosque , casa ruinosa o laguna negra para castigar desobedientes y malhablados . Cada ser venía acompañado del bullicio de
comparsas , zanqueros y arlequines y de la música atronadora de bandas y de chirimías que al paso iban descargando en los instrumentos la codicia de meses de ensayo . Los monstruos habían venido para ser celebrados y para celebrar . Brincaban bajo las