Agenda Cultural UdeA - Año 2003 AGOSTO | Page 9

ISBN 0124-0854
N º 91 Agosto 2003
Volví sobre las pruebas en varias ocasiones . Al final , con orgullo , firmé la orden de entrega a imprenta . El libro fue publicado varios meses después , cuando yo ya estaba plenamente asentado en mi oficio .
En nuestra Editorial , por tradición o maldad , nunca he podido saberlo , a cada editor se le regala un ejemplar de los libros que ha revisado . Y ese era el primero que yo había hecho .
Después de apreciar la cubierta , abrí y quedé estupefacto . El error no estaba en una nota al pie o cuidadosamente escondido en medio de un párrafo , no , se burlaba de mí desde la línea inicial . Gracias a él , cualquier lector , al comenzar su lectura , podría saber que " el estudio de cualquier obra u texto ... ". El libro se abría , sin intención , con un verdadero homenaje al lenguaje de nuestro querido Cantinflas . ¿ Qué había ocurrido ? Sencillo . El original decía : " El estudio de cualquier texto o obra ", y claro , yo corregí : " El estudio de
cualquier texto u obra "; y el autor corrigió : " El estudio de cualquier obra o texto "; y en ese ir y venir entre textos , obras , oes y ues , alguien , en algún momento , olvidó hacer el cambio , o lo hizo de forma incompleta , y se logró un memorable comienzo , tanto del libro como de mi carrera editorial .
De esta historia aprendí dos cosas . La primera , corregir y editar , en su más amplia acepción , son de esas tareas ingratas , que sólo se notan cuando fallan . Algo similar a lo que
sucede con los árbitros de fútbol , quienes únicamente merecen comentarios por sus errores . ¿ O alguien ha oído alguna vez a un grupo de hinchas enfebrecidos careando por las calles el nombre de un árbitro ? Lo segundo que aprendí es que hacer libros -hacer, dije , no escribir- es una labor colectiva , en la que intervienen muchas manos . Ello , en ocasiones , puede resultar catastrófico .
Tuve oportunidad de comprobarlo cuando fui ascendido -sí, pese a las obras u textos fui ascendido- al cargo de coordinador de una de las secciones de la Editorial . Antes , como corrector , sólo tenía que vérmelas con borradores de libros ; ahora , el rango se ampliaba : autores , correctores , digitadores , diagramadores , diseñadores , fotógrafos , montajistas , y toda la fauna adicta al olor a tinta . Y , hay que decirlo , en el caso de muchos diseñado res , la ortografía no es su fuerte , y con tal de que la imagen de la cubierta sea atractiva , que el título aparezca como Diseño experimental de motores les puede parecer una verdadera nimiedad . Y para completar el panorama , están los computadores , aliados de los digitadores y diagramadores cuando de arruinar un libro se trata . Un ejemplo puede ilustrar la verdad de esta afirmación . Se trataba de un libro de música , y su autor era bastante quisquilloso ( iAh ! Ésta es otra de las leyes de Murphy de la edición : mientras más obsesivo , impertinente o exigente sea un autor -intenso dirían los muchachos- , más alta será la probabilidad de error ). Había que cambiar