Confesiones, en primera persona, de un editor. Olvidos sinsabores y alegrías de este oficio que se hace entre líneas
ISBN 0124-0854
N º 91 Agosto 2003 los entretelones del editar p o r ó s c a r e. M o n t o y a
Confesiones, en primera persona, de un editor. Olvidos sinsabores y alegrías de este oficio que se hace entre líneas
Después de una colaboración conjunta del plan de una novela, Maquet se encargaba de las investigaciones históricas necesarias y redactaba una versión inicial, a partir de la cual dumas escribía el texto que conocemos. Después de años de fructuosa colaboración, a relación de los dos hombres se acabó, en razón de sumas debidas por Dumas a Maquet.
Tras el genio
Si bien las obras de este escritor no han pasado a la posteridad, las que tras bambalinas ayudo a escribir si lo hicieron. Auguste Maquet fue el principal de los numerosos colaboradores de dumas. Jugó un papel importante en la redacción de las obras maestras del mismo, desde la se3rie de los mosqueteros hasta aquella reina Margot, pasando por Montecristo.
Mi primera lección como editor fue vergonzosa. Había llegado como corrector de textos a la Editorial Universidad de Antioquia, y el primer libro que me asignaron había sido escrito por uno de mis profesores, quien además de riguroso, tenía fama de cascarrabias. Con la obsesión propia del novato, me entregué a la revisión de las pruebas. Leí cada palabra, cada línea, cada párrafo. Revisé todas las referencias bibliográficas y los pie de página, los textos de las figuras, los cabezotes, la numeración, la tabla de contenido. No lo hice una sola vez.