Agenda Cultural UdeA - Año 2003 ABRIL | Page 11

ISBN 0124-0854
N º 86 Abril 2003 ficción . Sin educación , los recursos de la subjetividad quedarían desaprovechados ; pero sin ficción literaria , no podría haber subjetividad . Dice Nabokov que la literatura la inventó aquel primer pastorcillo enviado a guardar los rebaños de la tribu y que un día volvió entre los suyos gritando " iel lobo , el lobo !" cuando no había ningún lobo a la vista . Pero équé otra cosa es lo que llamamos " espíritu " o subjetividad que la posibilidad de representamos internamente lobos que no hay y de urdir en lo íntimo la historia de lo que ya no pasa o de lo que aún no pasa ? Si desapareciera la literatura no perderíamos un arte , sino el alma . Como puede imaginarse , los problemas educativos resultan casi banales aliado de este prodigioso riesgo . El libro es el segundo soporte en antigüedad y respetabilidad de la ficción literaria , tras el primero y más importante que es la voz humana . En la actualidad hay una gran preocupación por la supuesta decadencia de la lectura , que me parece encerrar al menos dos equívocos . Primero , no es lo mismo " decadencia del libro " que " decadencia de la letra impresa ": hoy jóvenes y mayores leen más que nunca , aunque no sean papeles sino pantallas . Segundo , la ficción no está ligada al porvenir del libro ni toda la literatura ha de ser forzosamente impresa : contar a través de imágenes no es ni menos lícito ni menos " intelectual ". Me parece un disparate retrógrado alejar al niño de la televisión donde está viendo una película de Spielberg para imponerle una novela de Salgari . A los doce
años , leía diariamente novelas de Marcial Lafuente Estefanía y de " El Coyote ", empresa ni más ni menos sutil ( e imprescindiblemente ) literaria que ver todas las tardes " El equipo f :\'. No creo que sea cierta la decadencia del soporte-libro , pero estoy seguro de que es falsa la suposición de que la desaparición de los libros acabaría con la literatura . Naturalmente , habrá gente que deplore por igual a Spielberg y Salgari , a Marcial Lafuente Estefanía y al Equipo A . Suponen que a los niños habría que darles " otra cosa ", algo un poco más formativo o educativo . Entretenimiento sí , pero entreverado de cualidades que vayan más allá de lo meramente entretenido . En una palabra , instruir deleitando .
Por experiencia propia diré que la mayoría de los intentos que conozco de instruir deleitando son dudosamente instructivos y deplorablemente nada deleitosos . El error , a mi juicio , de los partidarios de esta edificante actitud se basa en un olvido elemental , a saber : que en literatura lo único inapelable y duraderamente instructivo es el deleite mismo . Algo que hace disfrutar ya está enseñando algo , y algo infinitamente difícil y preciso , lo más básico para vivir cuerdamente : está enseñando a pasarlo bien . Por supuesto , las mejores ficciones que un niño puede leer enseñan , junto a su fundamental lección de deleite , muchas pequeñas lecciones utilísimas : yo aprendí en El escarabajo de oro de Poe a escribir con