ISBN 0124-0854
N º 86 Abril 2003
Lo que ensenan los cuentos
Más de dos millones de desplazados hay en Colombia hoy. Se calcula que entre el 60 y el 65 por ciento son niños. Veinte de ellos son desplazados cada hora, en promedio.
Por
Fernando Savater '
Más que educar en artes u oficios, la literatura promueve un aprendizaje simple, pero maravilloso: aquel que invita a pasarlo bien, a deleitarse
He oído a ciertas personas decir delante de criaturas de tierna edad que leer es cosa muy educativa: sin deseos de caer en extremismos, creo que deberían ser quemadas a fuego lento. No sé si leer es cosa muy educativa, lo único que sé es que la educación resulta
de entrada el
motivo menos seductor para dedicarse a la lectura. Cuando pienso en una lectura educativa, me imagino uno de esos diálogos beckettianos recomendados por los oligofrénicos profesionales para aprender idiomas: "¿ Es su padre torero o posee una casa en las afueras? Mi vecino no me ama y tiene una bufanda, etc." Aunque mi ineptitud para aprender idiomas no me recomienda precisamente como ejemplo, puedo asegurar que he aprendido a leer en inglés gracias a Lord of the Rings, dos diccionarios y un maravillosamente largo mes de agosto. La mínima sospecha de que estaba contribuyendo a mi perpetuamente deficiente educación me hubieses desmovilizado por completo: yo sólo quería saber qué les iba a ocurrir a Frodo, Pippin y Aragom.
Quizá a fin de cuentas conseguí educarme un poco, pero lo verdaderamente importante es que aprendí otra estupenda historia. Lo que quiero decir es que la educación es una cosa muy necesaria( aunque a veces tiene tendencia a confundirse con la formación profesional, cuya utilidad es de otro orden más subordinado), pero la literatura es realmente imprescindible. Me refiero, para ser más preciso, a esa parte de la literatura llamada