Agenda Cultural UdeA - Año 2002 MAYO | Page 26

ISBN 0124-0854
N º 78 Mayo de 2002
Conferencia de Amenaza de Misil . Venía en cualquier momento del día o de la noche . Por tres años , me fue exigido que estuviera siempre a cinco pasos de mi teléfono para que así pudiera contestar una llamada de la Casa Blanca y aconsejar al Presidente sobre cómo responder a un ataque nuclear . La pregunta que se me hacía en estas llamadas , y que sería la misma en caso de un ataque real , era : " General Butler , he sido avisado por el Comandante en Jefe del Comando de Defensa Aéreo de Norteamérica de que la nación está bajo ataque nuclear . La información se considera confiable . ¿ Cuál es su recomendación respecto a la naturaleza de nuestra contestación ?" Ésa era mi responsabilidad , y la mitad del tiempo la llamada entraba a mitad de la noche , cuando mi esposa Dorene y yo estábamos en nuestra alcoba . Tenía que estar preparado para aconsejarle al Presidente firmar la sentencia de muerte de 250 millones de personas que viven en la Unión Soviética . Yo sentía esa responsabilidad hasta lo más profundo de mi alma , y nunca aprendí a reconciliar mis sistemas de creencias con ella . Nunca . Mi otra responsabilidad era desarrollar el plan de guerra nuclear de los Estados Unidos . Cuando me convertí en el Director de Planeación de Blancos Estratégicos -otro sombrero que tenía que vestir como Comandante de las Fuerzas Nucleares- bajé por primera vez a la Sala de Objetivos , muchos pisos bajo la superficie . Les dije a mis planificadores que , nosotros íbamos a conocernos muy bien porque quería
entender el plan t en su totalidad . Pienso que este aspecto es la ilustración más gráfica de la evolución de mis posturas y preocupaciones y , finalmente , de mis convicciones . Cuando yo empecé a profundizar en el plan de guerra , quedé absolutamente horrorizado al comprender que abarcaba 12.500 blancos . Entonces me hice el compromiso personal de examinar cada uno de ellos con gran detalle , no sólo porque lo veía como algo totalmente integrado con mis responsabilidades , sino por las consecuencias directas de la selección de objetivos .
Acabando con la locura
Me tomo tres años completar ese análisis , pero sólo tres meses para estar convencido de que este era el plan de guerra más grotesco e