George Orwell y El último hombre en Europa
El Bosco. La Nave de los locos( Detalle). Óleo sobre tabla, 57.8 x 32.5 cm., Musée du Louvre, París.
ISBN 0124-0854
N º 75 Febrero de 2002
George Orwell y El último hombre en Europa
Por Steven Kreis
En este ensayo se nos brinda una breve historia de la utopía y su contraria, la distopía, antes de adentrarnos en el análisis de la más grande novela distópica de todos los tiempos: 1984 de George Orwell
C omo un dispositivo literario y como un género literario, la ficción utópica ocupa una extraña, aunque indudablemente importante, posición en la historia de literatura occidental. Porque en una utopía el autor se las arregla para combinar los hechos, la ficción, la fantasía y la ciencia ficción. De hecho, dentro de los confines de una utopía, cualquier cosa puede ir. Un autor presenta una clara visión de qué clase de sociedad él desea ver desarrollarse en el futuro. Lo que él cambia en esa visión es un producto tanto de su experiencia, como de la imaginación que esa misma experiencia ha ayudado a producir. En 1979, Frank y Fritzie Manuel publicaron Pensamiento Utópico en el Mundo Occidental, un trabajo macizo que, más o menos, culmina el trabajo de sus vidas. En el prólogo, dicen lo siguiente de la utopía:
“ Cada utopía, enraizada como está en un tiempo y lugar dados, está obligada a reproducir el escenario de su mundo particular, así como sus preocupaciones con problemas sociales contemporáneos. Aquí las analogías al sueño y la fantasía psicópata pueden ser reveladoras. Observadores del comportamiento paranoico reportan que aunque la enfermedad permanece relativamente constante, las
misteriosas fuerzas omniscientes que miran y persiguen a sus pacientes cambian con el tiempo y la tecnología. Pueden ser espectros, teléfonos, radios o televisores en periodos sucesivos. Las utopías no son una enfermedad; pero se aprovechan en grado sumo de los aparatos de una sociedad, quizás de sus modelos más avanzados, acicalados y reestructurados. A menudo un utópico prevé la evolución posterior y las consecuencias del desarrollo tecnológico que ya están presentes en un estado embrionario; puede tener una antena sensible al futuro. Sus artefactos, sin embargo, raramente van más allá de las potencialidades mecánicas de su edad. Aunque él intente inventar algo totalmente nuevo, no puede crear un mundo de la nada.”
Habiendo establecido que las utopías son, más o menos, productos de la edad en la que aparecen, debemos preguntarnos por qué se escriben utopías en primer lugar. ¿ Por qué escribe un autor una novela utópica? ¿ Qué condiciones deben existir para que él siquiera contemple la idea? En general, las novelas utópicas, o mejor todavía un marco utópico de pensamiento o método de análisis, sólo aparecen como resultado de malos tiempos. Piensen sobre eso. Si todo fuera como uno quiere, ¿ por qué habría necesidad de producir una