ISBN 0124-0854
N º 85 Diciembre de 2002 de no hacer nada durante todo el tiempo en que estuviera allí.“ Descanso es lo que usted requiere”, dijo el doctor,“ perfecto descanso”.
Parecía una perspectiva deleitable. " Este hombre evidentemente entiende mi dolencia ", dije yo, y me imaginé un tiempo glorioso … Cuatro semanas de dolce far niente 2, con una pizca de enfermedad en ellas. No demasiada enfermedad, sólo la suficiente para darle el sabor del sufrimiento y hacerlo poético. Me levantaría tarde, sorbería chocolate, y tomaría mi desayuno en zapatillas y con una bata. Me tendería en una hamaca en el jardín y leería novelas sentimentales de final melancólico, hasta que los libros se cayeran de mi mano apática, y yo me reclinara, mirando soñadoramente el azul profundo del firmamento, para observar cómo las nubes lanudas lo navegaban como barcos de blancas velas, mientras escuchaba el alegre canto de los pájaros y el suave susurro de los árboles. O, de ponerme demasiado débil para salir fuera, me sentaría sostenido por almohadas ante la abierta ventana del frente, con la aguas. ¡ Oh, esas aguas! Yo no sabía entonces nada de ellas, y estaba bastante fascinado con la idea. " Beber las aguas " sonaba como algo de moda, muy a lo Reina Ana, y pensé que me gustarían. ¡ Pero, uf después de las primeras tres o cuatro mañanas! La descripción de Sam Weller que afirma que tienen“ un sabor como de hierro caliente " da sólo una débil idea de su horrorosa nauseabundez. Si algo puede hacer que un hombre enfermo mejore rápidamente, es el conocimiento de que debe beber un vaso de esas aguas todos los días hasta que se haya recuperado. Yo las bebí esmeradamente durante seis días consecutivos, y casi me mataron; pero entonces adopte el plan de tomar un vaso grande de coñac inmediatamente después de beberlas, y encontré mucho alivio en eso. Desde entonces me he informado, por medio de varios médicos eminentes, de que el alcohol debe de haber neutralizado completamente los efectos de las propiedades ferruginosas del agua. Me alegro de haber tenido la suficiente suerte para atinarle a la cosa correcta. mirada perdida e interesante, para que todas las muchachas bonitas suspiraran cuando pasaran.
Y dos veces por día yo debería bajar en una silla de baño 3 a la Columnata para beber las
2( En italiano en el original) Literalmente“ dulce hacer nada”.
3 Las sillas de baño son artilugios donde se
transporta a un enfermo sobre la espalda o en un pequeño carro sostenido por los brazos de un
porteador. En el caso presente, hasta el lugar donde se beben las aguas curativas.