ISBN 0124-0854
N º 85 Diciembre de 2002
Pocos lo poseen . Hay muchas personas perezosas y lentas , pero un ocioso genuino es una rareza . Él no es un hombre que holgazanea con las manos en los bolsillos . Al contrario , su característica más sorprendente es que está siempre intensamente ocupado .
Es imposible disfrutar completamente de estar ocioso a menos que uno tenga suficiente trabajo por hacer . No hay ninguna diversión en no hacer nada cuando nada hay para hacer . Perder el tiempo es , en ese caso , meramente una ocupación , y una de las más agotadoras . La ociosidad , como los besos , debe robarse para ser dulce .
Hace muchos años , cuando yo era un hombre joven , me puse muy enfermo ; yo no sabría decir qué pasaba conmigo , sólo que tenía un resfriado bestial . Pero supongo que era algo muy serio , porque el doctor dijo que debía haber acudido a él un mes antes , y que si la enfermedad ( fuera lo que fuese ) hubiese seguido sin tratarse por otra semana , él no habría respondido por las consecuencias . Es una cosa extraordinaria , pero nunca conocí a nadie que se llame a sí mismo doctor que ante cualquier caso no exclame que un retraso de un día habría hecho de la curación algo imposible . Nuestro guía médico , filósofo y amigo es como el héroe en un melodrama : él siempre llega en la escena precisa y sólo entonces , sobre el filo del tiempo . Es la Providencia , eso es lo que es .
Bien , como estaba diciendo , yo estaba muy enfermo por lo que se me aconsejó que fuera a Buxton durante un mes , con órdenes estrictas