ISBN 0124-0854
N º 85 Diciembre de 2002 desgraciadamente cada vez más indestructible . Pero eso no quiere decir que trabajar no sea una mala costumbre , una de las peores costumbres que pueden adquirirse . Ante todo , trabajar no es bello ni digno , ni siquiera conveniente . Al mismo tiempo que hasta en una aceptación mística significa humillación y relajamiento del orgullo viril , el trabajo constituye el gran elemento degenerador de las razas . De las fábricas , de las oficinas , de las minas , salen las legiones de neurasténicos , de miopes , de tuberculosos , de mancos , de locos , de raquíticos , de melancólicos , de histéricos , de tantas categorías de enfermos que llenan las ciudades modernas . Sin embargo , esta capacidad exterminadora no es realmente un argumento en contra del trabajo , como la muerte de los soldados no lo es en contra de la guerra . La diferencia esencial que hay entre el trabajo y la guerra , es que el trabajo es una actividad oscura y forzosa , algo en lo que hay que encorvarse y sufrir para alcanzar al fin objetos innobles y mezquinos : alimentarse , vestirse , acaparar oro . La guerra , en cambio , puede hacerse o no hacerse y esa libertad de elegir deja a salvo la dignidad humana . Además , la guerra es más bella y más viril mientras tenga menor razón de ser y menos objetivos persiga , porque así evidencia simplemente un capricho , un arrebato de la voluntad soberana del hombre . proporcionado de paz y de divina ociosidad . Hasta ahora se ha trabajado mucho , en un afán insensato de acumular millones . Pero en una forma todavía vaga , está llegando a las gentes el convencimiento de que tener demasiados millones , es una circunstancia no sólo inútil sino evidentemente peligrosa . Hay que esperar que al fin llegará al mundo una saludable cordura . Todos nos convenceremos de que lo más espiritual , lo más hermoso y noble será luchar apenas lo necesario para llevar una existencia modesta y sobria . Entonces nos aficionaremos un poco al delicado placer de no hacer nada y nos convenceremos de que , en realidad , no se debe perder el tiempo trabajando tanto .
* Luis Tejada nació en Barbosa ( Antioquia ) en 1898 y murió en Girardot ( Cundinamarca ) en 1924 , a consecuencia de un ataque cardíaco fulminante . A pesar de haber vivido únicamente 26 años , Tejada dejó una huella en el periodismo colombiano que ha demostrado ser imborrable , gracias a su humor , su capacidad de satirizar hasta los más “ sagrados preceptos ” de la sociedad de su época , y , especialmente , gracias a su enorme capacidad de observación , la cual le permitía escribir interesantes crónicas hasta de los objetos más cotidianos , como un par de pantalones o zapatos .
Yo confío en que el porvenir que se anuncia
traerá para los trabajadores una disminución
gradual de trabajo y un aumento