ISBN 0124-0854
N º 85 Diciembre de 2002 ante los jóvenes y la base de toda enseñanza ética .
En la actualidad , posiblemente , todo ello es para bien . Un país grande , lleno de recursos naturales , espera el desarrollo , y ha de desarrollarse haciendo muy escaso empleo del crédito . En tales circunstancias , el trabajo duro es necesario , y , verosímilmente , reportará una gran recompensa . Pero ¿ qué sucederá cuando se alcance el punto en que todo el mundo pueda vivir confortablemente sin trabajar largas horas ?
En Occidente tenemos varios sistemas para tratar este problema . No tenemos ningún designio de justicia económica ; de modo que una gran proporción del total producido lo recibe una pequeña minoría de la población , muchos de cuyos componentes no trabajan en absoluto . Por ausencia de toda regulación central sobre la producción , fabricamos multitud de cosas que no se necesitan . Mantenemos ocioso un alto porcentaje de la población trabajadora , ya que podemos pasarnos sin su trabajo haciendo trabajar sobradamente a los demás . Cuando todos estos métodos resultan inadecuados , tenemos una guerra : mandamos a un determinado número de personas a que fabriquen grandes explosivos y a otro determinado número que los hagan estallar , como si fuéramos niños que acabáramos de descubrir los fuegos artificiales . Con una combinación de todos estos dispositivos nos las arreglamos , aunque con dificultad , para mantener viva la noción de que al hombre medio le corresponde realizar una buena cantidad de duro trabajo manual .
En Rusia , a causa de una mayor justicia económica y de la regulación central de la producción , el problema ha de resolverse de forma distinta . La solución