Agenda Cultural UdeA - Año 2002 DICIEMBRE | Page 10

ISBN 0124-0854

N º 85 Diciembre de 2002 editorial

El escritor alemán Ernst Jünger afirmaba que : “ Uno debería hacer solamente aquello que igual haría gratuitamente ”. Una frase que ejemplifica el eterno conflicto entre trabajo y ocio . Un conflicto donde el trabajo lleva siempre las de ganar , porque – al sustentarse en realidades innegables , como la necesidad de techo y comida – se defiende solo , sin necesidad de que nadie hable por él . De hecho , por tener raíces casi tan antiguas como nuestra especie , es realmente difícil hablar acerca de la necesidad del trabajo sin caer en lugares comunes , en argumentos que todo el mundo aprende , más pronto o más tarde , por propia experiencia . Algo muy distinto ocurre con el ocio . El ocio sí necesita quien lo defienda , pues su permanencia no está garantizada por una necesidad tan extrema como la comida . Los esclavos de las galeras romanas podían remar años , sin otro descanso que unas pocas horas de sueño , antes de que el agotamiento los matara ; en cambio , unos pocos días sin comida bastan para quitarle al cuerpo todas sus fuerzas , con lo que se inicia una debacle física que culmina en pocas semanas con la muerte .
De hecho , la posibilidad de contar con tiempo libre no fue algo que se consiguiera en forma gratuita . En el pasado sólo los aristócratas tenían derecho al ocio , mientras que el pueblo llano se rompía la espalda desde antes de la aurora hasta más allá del atardecer . El que ahora todos podamos contar con vacaciones , fines de semana y jornadas laborales de ocho horas , fue un derecho duramente ganado por medio de innumerables luchas políticas y sindicales .
La sociedad se ha transformado profundamente gracias a este “ reparto del tiempo libre ”... Y no precisamente para peor , pues el ocio tiene una antigua relación con la cultura . Aunque es cierto que en la antigüedad los hombres libres podían filosofar y crear arte gracias a que los esclavos se encargaban de proveerles el sustento , y que hoy los filósofos y artistas son trabajadores como cualesquiera otros que aspiran a vivir de