ISBN 0124-0854
N º 67 Mayo de 2001 decoración geométrica y de producción estandarizada, debía seguir estrictamente las normas del Estado que imponía un arte oficial. Se consideran las piezas como elegantes y convencionales, sobrias en su estilo inca, y han sido caracterizadas como un conjunto de formas funcionales y decoración geométrica y formal. Por consiguiente, no se trata de una creación particular sino más bien de la conceptualización de un conjunto de signos, símbolos e iconos cuidadosamente pensados por el grupo de poder y materializados en los diseños alfareros.
La cerámica era quemada en hornos semicerrados, creando condiciones para la oxidación de los materiales. Utilizaron las dos principales técnicas decorativas: la plástica y la pintada. Se destaca por su sencillez, sobriedad y elegancia en el manejo de trazos y colores peculiares. No usaron colores brillantes ni matices disonantes en el conjunto sino suaves colores naturales.
La arquitectura jugó un rol importante en el crecimiento y funcionamiento del Tahuantinsuyo y ese rol se extendió mucho más allá de ofrecer
alojamiento o espacios para importantes eventos. Por un lado, tuvo el poder de moldear las actividades y aún las relaciones entre las personas; por el otro, creó una identidad fuerte para la estructura gubernamental y un escenario en el que las personas podían identificarse con el Estado y su gobernante.
Las formas de sus edificios son simples y elegantes. La mampostería de piedras que encajan unas con otras tan exactamente es legendaria. Se usó casi exclusivamente en los edificios públicos más importantes. El detalle arquitectónico es también simple, a la vez que impresionante y fácilmente reconocible. Los edificios están combinados con espacios abiertos funcionales y visualmente impactantes.
Los Incas usaron fuentes locales para sus materiales de construcción, no obstante que algunos proyectos implicaron el transporte de bloques de piedra muy grandes a considerables distancias y aún cruzando ríos. Las piedras más utilizadas fueron de granito, diorita, piedra caliza y ande sita. Después de que los bloques de piedra habían
sido extraídos de la cantera, se utilizaron grandes piedras- martillo para romperlas y pulirlas.
El labrado y acabado se realizaba desastillando las piedras, acción que se hacía con martillos medianos y pequeños respectivamente. Uno de los rasgos más impresionantes de la fina mampostería inca es la manera en que los bordes de las piedras fueron biselados hacia atrás en el proceso de labrado y de colocación. Este biselado le da a las paredes su textura espectacular, creando un juego de luz y sombra a lo largo de ellas que cambiaba con el movimiento del sol.
A lo largo del Imperio, las puertas trapezoidales, las ventanas y los nichos colocados en espacios simples de piedra o adobe, proporcionaron una indicación clara y simple de que el edificio había sido construido por y para los Incas. No se conocen ejemplos preincáicos que muestren esta forma geométrica. Las formas trapezoidales se presentan en una amplia variedad de tamaños. En la sierra construyeron techos de vertiente empinada de cuatro aguas y la estructura del techo se formaba con varas de madera. El espacio