Agenda Cultural UdeA - Año 2001 MAYO | Page 5

ISBN 0124-0854
N º 67 Mayo de 2001 los inicios de la selva amazónica por el este. Su sistema administrativo y la infraestructura de comunicaciones, además de su poder militar, fueron algunos de los elementos que permitirían a los incas construir y mantener este imperio, que sólo caería cuando se enfrentó a los representantes de un mundo desconocido, llegados de otro lugar y de otro tiempo.
IMPERIO INCA El Tahuantinsuyo
La civilización de los incas es el resultado de un prolongado proceso evolutivo que, habiéndose iniciado hace unos veinte mil años en los Andes, viene a culminar poco antes de la llegada de los españoles a la región andina en la cuarta década del siglo XVI.
El Imperio Inca, en el momento de su máxima expansión comprendió desde la región sur de la actual república de Colombia hasta la zona media de Chile y desde la costa del Pacífico hasta el comienzo del área del bosque tropical amazónico. Esto representa prácticamente la totalidad del área andina en sentido geográfico y el 80 % del área en sentido cultural.
La población andina, antes de la llegada de los españoles, se ha calculado en unos diez o doce millones de habitantes y la población total del Imperio Inca habría llegado a los veinte millones de indígenas.
El panorama lingüístico y cultural del área andina antes de la constitución del imperio incaico parece haber sido sumamente variado y complejo, llegando a unificarse con la superposición del quechua como lengua oficial del imperio.
La administración de los territorios bajo una autoridad centralizada implicó una compleja organización, apoyada por un sistema de comunicaciones efectivo y eficiente: una red de caminos que incluía puentes y túneles, terraplenes, escalinatas,
además de un equipo de mensajeros, corredores resistentes, fuertes y veloces, con una memoria privilegiada que les permitiera llevar un mensaje con la misma eficiencia con la cual podían cargar encomiendas.
La unidad administrativa básica era el Ayllu, formado por los miembros de una misma familia. La tierra, propiedad de un ayllu se dividía en tres partes: Una para el emperador, la segunda para el sol y la tercera para los miembros del ayllu. Los excedentes se almacenaban en depósitos disponibles para solventar las necesidades del ejército en época de guerra o para la comunidad en época de escasez.
Los procedimientos administrativos empleados por los gobernantes incas