Agenda Cultural UdeA - Año 2001 MARZO | Page 4

ISBN 0124-0854
N º 65 Marzo de 2001 como pecaminoso y diabólico .
En la Antigua Roma , exhibirse en público iba en contra de los principios de la dignitas , por lo que el oficio de actor , ni pensar en actrices , era considerado infame , y ejercerlo daba pie para perder los derechos de ciudadano . Hacían excepción , según el testimonio de Livio , con las compañías de actores de la atellana , compuestas por hombres libres y actrices ; y con las compañías de mimos en las cuales las mujeres siempre fueron admitidas .
El que se considerara la actuación como un acto infamis fue tomado nuevamente en el período bárbaro y en la Alta Edad Media , aunque en esta última y en el período del Renacimiento , existían en las corrientes religiosa y culta , actores diletantes que representaban los dramas litúrgicos , y donde tomar parte en ellos era considerado como un acto de devoción y de culto .
Dentro de los pueblos surge un teatro cuyo representante más notorio fue el movimiento llamado La Comedia del Arte Italiano , donde la sacra representación fue convertida en
manifestaciones de diversión , técnicamente elaboradas : familias dedicadas al arte de la actuación , y en las cuales la mujer tenía un papel preponderante .
Cuando se confirmó el carácter profano del teatro en el Renacimiento , y con la aparición del humanismo , se prescindió en los medios cultos de la presencia de los actores profesionales , para dar lugar a las escuelas de recitación , y fue obligatoria la experiencia de la recitación entre los nobles , humanistas , académicos y estudiantes .
Después de estos acontecimientos , la historia de la articulación de la mujer en el teatro sufre el estigma que este oficio ha tenido que soportar durante mucho tiempo .
“ No obstante la popularidad que gozaban , los actores vivían al margen de la sociedad , pesaba sobre ellos la excomunión de la Iglesia , y su actividad era obstaculizada por las autoridades públicas que les imponían pesados gravámenes , y les sometían a una severísima censura ” ( Las rutas del teatro . G . Antei . Universidad Nacional de Colombia , 1989 ).
En nuestro medio , fue impactante leer , por ejemplo , la situación en la cual se encontró Francisca Xaviera Arango , cuando a la edad de diez años , por los años de la independencia , intentó representar “ El sí de las niñas ”:
Viejo Franciscano Un día a sus diez años entregó su padre a Francisca , como era costumbre , una comedia que había llegado a sus manos para que la representara con sus compañeritas , adquiriera modales despejados , buen trato en el hablar y un digno trato social .
( Intempestivamente entra el padre Posadas . Se queda estupefacto al ver la última parte de la representación )
El padre Posadas Dejadme ver . ¿ Pero , quién os ha dado esto ? ( Francisca mira a sus padres ) ¿ Pero , qué desvergüenza es ésta ? ¿ No sabéis qué es lo que acabáis de entregar a estas niñas del Señor ? ¿ No os han dicho que de esta obra se han hecho tremendas delaciones ante el Tribunal de la Inquisición en nuestra Madre Patria ? ¿ No sabéis que el autor de este engendro es un delincuente merecedor de grave castigo ? Y ,