ISBN 0124-0854
N º 68 Junio de 2001
por parte de los demás grupos sociales y de la sociedad mayor. Mientras más temprano el poblamiento de cada región más rápido fue este proceso de expulsión e invisibilización. Los indígenas fueron
expulsados y disueltos sus resguardos. Con respecto a los negros, liberados oficialmente a mediados del siglo XIX, algunos huyeron de sus antiguos amos y buscaron refugio en zonas no muy pobladas para entonces, precisamente las de Urabá, Magdalena Medio y Bajo Cauca. En aquellas regiones mas consolidadas prevaleció el proyecto de Nación liderado desde la región por élites consideradas aristocráticas, de ancestro blanco en su mayoría y abanderados de
una propuesta de orden excluyente basados en la religión católica y los principios conservadores. En ésta propuesta no dieron espacio a los grupos negro e indígena quienes buscaron refugio en otros lados, razón que explica su homogeneidad y ausencia de diversidad étnica.
En las otras tres regiones el poblamiento tardío es sinónimo de diversidad. Primero, porque fueron zonas de refugio para los excluidos del proyecto homogenizador mencionado; segundo, porque fueron pobladas definitivamente gracias a proyectos viales y ferroviarios que conectaban con otras regiones enriqueciendo los intercambios y relaciones culturales; tercero, porque tuvieron proyectos exitosos como la minería en el Bajo Cauca; la extracción de recursos y el banano en Urabá; también la explotación maderera, plantaciones comerciales y el comercio en el Magdalena Medio, todos proyectos demandantes de mano de obra y atractivos para pobladores de otras regiones del país.
2. La Riqueza Cultural
En las regiones consolidadas de Oriente y Suroeste, donde se desarrolló un proyecto homogenizante y excluyente, prevalece la cultura paisa y su fortaleza ha sostenido cierta identidad macrorregional; en las demás regiones hay una gran variedad cultural que podría sintetizarse de la siguiente manera: en Urabá coexisten las negritudes
caribeñas y atrateñas; los indígenas emberá chamí, emberá katío, tule y zenú; los grupos mestizos de raigambre cordobesa y del interior, muchos de ellos paisas. En el Bajo Cauca hay una fuerte influencia cultural de los sabaneros de Córdoba, Bolívar y Sucre, grupo mayoritario, complementado con los afrocolombianos procedentes del Chocó, Cauca y Valle llegados en su mayoría con el auge de la minería, muchos de ellos de regreso a sus sitios de origen después de agotado el oro con excepción de los pobladores de Zaragoza y de la permanencia de algunos educadores chocoanos. También están tímidamente representados los grupos indígenas zenú, emberá catío y emberá chamí que llegaron a la región huyendo de la Violencia de mitad del siglo XX en sus sitios de origen( Córdoba y Antioquia). En el Magdalena Medio pervive un sustrato tradicional de población ribereña portadora de una cultura ancestral fruto de la mezcla entre población negra de bogas y esclavos huidos y cimarrones, con descendientes de yariguíes, opones y carares cuya fusión durante la Colonia dio lugar a una población zamba y mulata. A esta población ribereña se suman migrantes de diferentes regiones del país( sobre todo de Boyacá y Santander) y del interior de Antioquia además de numerosa población negra, proveniente especialmente del Valle, Cauca y Chocó.
En todas las regiones ha dominado el proyecto paisa, explicable para aquellas