ISBN 0124-0854
N º 69 Julio de 2001 gran genio musical idolatrado, y el hombre asediado por las mujeres, se convirtió en el respetable abate Liszt. Envejecido por el paso de los años, reapareció en Weimar, en 1873, donde dirigió el estreno de su oratorio Christus, una nueva obra que le mereció la aclamación del público.
Para 1880, la hidropesía deterioraba su estado de salud. De esa época son De la cuna a la tumba, Nubes grises, La góndola lúgubre y las Czardas macabras, obras que presagiaban el inicio del fin de una vida dedicada al arte.
Franz Liszt, el hombre sensible capaz de valorar, como ningún otro, y con un criterio a veces profético, el virtuosismo de otros compositores; el músico futurista, osado en la utilización amplia y variada de instrumentos de percusión y en el uso relevante del arpa; y el compositor que, a partir de las sugerencias de ciertas obras beethovenianas, fijó la forma externa de lo que hoy se conoce como poema sinfónico( casi toda la producción orquestal lisztiana puede enmarcarse en este concepto), murió en Bayreut, Alemania, el 31 de julio de 1886.
A pesar de que no se conoce el número exacto de sus obras, su originalidad está fuera de toda duda. La armonía y la forma que empleó en sus últimos trabajos anticiparon la música de algunos compositores del siglo XX, como el austriaco Arnold Schoenberg y el húngaro Bela Bartok.