ISBN 0124-0854
N º 69 Julio de 2001 situación lo llevó a un estado de postración tal, que muchos presagiaron su muerte.
A pesar de todo, Liszt regresó triunfante a la escena musical. Vale recordar uno de los momentos más trascendentales de su vida: fue en 1832, en una de las presentaciones del violinista Niccolo Paganini, cuando decidió que entregaría su vida a conseguir con el piano la misma finura que aquél con el violín. Liszt, formado en la perfección de la técnica pianística, y capaz de demostrar, en una deslumbrante exhibición, un total dominio del instrumento, conoció en Frédéric Chopin la hondura, la intensidad y la intimidad de la interpretación musical. Así se inició una relación marcada más por la admiración que por la amistad, que se selló con la dedicatoria que el músico polaco le hiciera de la edición de los Estudios Op. 10.
Un año después, encontró a la condesa y escritora Marie D ´ Agoult, casada y seis años mayor que él, conocida en el mundo literario como Daniel Stern. Ambos decidieron, sin importar los prejuicios de la época, vivir juntos, lejos de la multitud. Durante ese tiempo, Liszt amó y trabajó intensamente, lo que se reflejó en la calidad de sus obras. En 1836, gracias a las advertencias de su amiga George Sand, regresaron a París a recuperar el sitio de honor que le pertenecía. De la intensa relación amorosa que vivieron, nacieron Blandine( 1835), Cosima( 1837) y Daniel( 1839).
Entre 1839 y 1847 Liszt realizó largas giras por toda Europa, y consiguió una fama sin precedentes. Recordemos también que uno de los músicos que más influyó en su vida personal y artística fue Richard Wagner; odiado y amado; de gran amigo pasó a ser el segundo esposo de su hija Cosima, a quien superaba en veinticinco años, casada en primeras nupcias con el pianista y director de orquesta Hans von Bülow.
En 1842 fue nombrado doctor“ honoris causa” en Konigsberg y maestro de capilla de la ciudad de Weimar. Esta etapa abarca 15 años de su vida, un periodo de gran significación
musical en el que vieron la luz composiciones tan importantes como la Misa de Gran, doce poemas sinfónico s( Lo que se oye en la montaña y Mazeppa basados en obras de Víctor Hugo; Orfeo, de una representación de Gluck sobre el personaje mitológico; Hamlet, inspirado en Shakespeare; entre otros), las sinfonías Fausto y Dante, el Concierto No. 1 en mi bemol mayor, así como partituras pianísticas tan admirables como el segundo volumen de los Años de peregrinación, las Baladas, los Estudios Paganini, los Estudios de ejecución trascendental, las Consolaciones y la Sonata en si menor.
Las frecuentes aventuras amorosas de Liszt dieron fin, en 1844, a su relación con Marie. Una de las más recordadas ocurrió con la bailarina Lola Montes; una de las mujeres más hermosas, singulares, tumultuosas e insólitas de todos los tiempos. El profesor Alexandre Arnoux escribió:“ Lola posee el don del embrujamiento: nadie la resiste; los policías encargados de llevarla a la frontera se apasionan por ella; y un sacerdote que la califica de encarnación de satán, murmura ¡ pero qué bello es este demonio!”
Durante una gira de conciertos, en 1848, conoció a Carolyne Ivanovska, esposa del Príncipe Sayn- Wittgenstein, escritora y filósofa especializada en asuntos teológicos. Liszt se enamoró de nuevo. Sin embargo, las intrigas de la curia romana, en la que ejercía tanta influencia el Príncipe Sayn- Wittgenstein, impidieron varias veces el enlace eclesiástico de los amantes.
Desilusionados, decidieron instalarse en Roma, en casas separadas. Ella se dedicó a sus estudios teológicos, y él a la composición de un gran oratorio sobre la leyenda de Santa Isabel de Hungría, una de las obras corales religiosas más importantes de Liszt. Más tarde compuso las obras para piano sobre San Francisco de Asís y San Francisco de Paula, y la bendición papal Urbi et orbi.
Cuando nadie lo esperaba, Franz Liszt anunció su decisión de tomar las órdenes religiosas menores. El 28 de abril de 1865, el