ISBN 0124-0854
N º 60 Septiembre de 2000 de incógnitas y preguntas abiertas , queremos poseer una doctrina global , capaz de dar cuenta de todo , revelada por espíritus que nunca han existido o por caudillos que desgraciadamente sí han existido .
Adán , y sobre todo Eva , tienen mérito original de habernos liberado paraíso ; nuestro pecado es que anhelamos regresar a él .
Desconfiemos de las mañanas radiantes en las que se inicia un reino milenario . Son muy conocidos en la historia , desde la Antigüedad hasta hoy , los horrores a los que pueden y suelen
entregarse los partidos provistos de una verdad y de una meta absolutas , las iglesias cuyos miembros han alcanzados por la gracia -por la desgracia- de alguna revelación . El estudio de la vida social y de la vida personal nos enseña cuán próximos se encuentran una de otro , la idealización el terror . La idealización del fin , de meta , y el terror de los medios que procurarán su conquista . Quienes de esta manera tratan de someter la realidad al ideal , entran inevitablemente en una concepción paranoide de la verdad ; en un sistema de pensamiento tal , que los que atrevieran a objetar algo quedan inmediatamente sometidos a la interpretación totalitaria : Sus argumentos no son argumentos , sino solamente síntomas de una naturaleza dañada o bien máscaras de malignos propósitos . En lugar de discutir un racionamiento , se lo reduce a un juicio de pertenencia al otro -y el otro es , en este sistema , sinónimo de enemigo- , o se procede a un juicio de intenciones . Y este sistema se desarrolla peligrosamente hasta el punto en que ya no solamente rechaza toda oposición , sino también
toda diferencia : el que no está conmigo está contra mí , y el que no está completamente conmigo , no está conmigo . Así como hay , según Kant , un verdadero abismo de la Razón que consiste en la petición de un fundamento último e incondicionado de todas las cosas , así también hay un verdadero abismo de la Acción , que consiste en la exigencia entrega total a la “ causa ” absoluta , y concibe toda duda y toda crítica como traición o como agresión .
Ahora sabemos , por una amarga experiencia , que este abismo de la acción , con sus guerras santas y sus orgías de fraternidad , no es una característica exclusiva de ciertas épocas del pasado o de civilizaciones atrasadas en el desarrollo científico y técnico ; que puede funcionar muy bien y desplegar todos sus efectos sin abolir una gran capacidad de inventiva y una eficacia macabra . Sabemos que ningún origen filosóficamente elevado o supuestamente divino inmuniza a una doctrina contra el riesgo de caer en la interpretación propia de la lógica paranoide que afirma un discurso particular -todos lo soncomo la designación misma de la realidad , y