Agenda Cultural UdeA - Año 2000 SEPTIEMBRE | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 60 Septiembre de 2000
Por : Estanislao Zuleta

La pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad . Entonces comenzamos a inventar paraísos , islas afortunadas , países de Cucaña . Una vida sin riesgos , sin lucha , sin búsqueda de superación y sin muerte . Y por lo tanto también sin carencias y sin deseo : un océano de mermelada sagrada , una eternidad de aburrición . Metas afortunadamente inalcanzables , paraísos afortunadamente inexistentes .

Todas estas fantasías serían inocentes e inocuas , si no fuera porque constituyen el modelo de nuestros propósitos y de nuestros anhelos en la vida práctica .
Aquí mismo , en los proyectos de la existencia cotidiana , más acá del reino de las mentiras eternas , introducimos también el ideal tonto de la seguridad garantizada , de las reconciliaciones totales , de las soluciones definitivas . Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos , sino en aquello que nos proponemos ; que nuestra desgracia no está tanto en
la frustración de nuestros deseos , como en la forma misma de desear . Deseamos mal . En lugar de desear una relación humana inquietante , compleja y perdible , que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar , deseamos un idilio sin sombras y sin peligros , un nido de amor y , por lo tanto , en última instancia , un retorno al huevo . En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades , deseamos un mundo de satisfacción , una monstruosa sala-cuna de abundancia pasivamente recibida . En lugar de desear una filosofía llena