ISBN 0124-0854
N º 56 Mayo de 2000 no que andemos en una carrera desenfrenada, que muchas veces nos lleva, aun con las mejores intenciones, a privilegiar los estereotipos, producto de la ignorancia.
Así como los estudios de sociólogos y antropólogos son importantes y aportan razones para la reflexión sobre nuestra realidad, el documental aporta también la mirada de la emoción que, sin desbocarse, puede trasmitir, a públicos más amplios, visiones sobre nuestra realidad.
Así el documental, es narración audiovisual que nos devuelve nuestra imagen y nos confronta con ella, puede constituirse en una forma sana, constructiva, poética, reflexiva de mirarnos. Son muchas y muy diversas las formas y subgéneros dentro del documental, pero lo que deben tener en común todas estas formas, para poderlas abarcar dentro de este término, es que ofrezcan una mirada profunda y ética sobre la realidad, esa realidad que no se desvanece, aunque nos tapemos los ojos, esa que no se embellece porque nos encerremos enjardines de flores, esa sólo susceptible de ser mejorada si la buscamos y nos preguntamos por sus razones y causas.
Santiago Herrera, profesor Facultad de Comunicaciones, Universidad de Antioquia