Agenda Cultural UdeA - Año 2000 MAYO | Page 7

ISBN 0124-0854
N º 56 Mayo de 2000

El gesto de la

Por: Carlos Augusto Giraldo C.

Luego de haber combatido por

Europa, defendiendo a fe cristiana, luchando a sangre y fuego contra cientos de infieles invasores y bajo la consigna de «¡ Dios lo quiere!», el cruzado Antonius Block y su escudero se tienden cansados en la playa. Alrededor de ellos se teje una atmósfera pesada: la tarde, el viento y el sonido de las olas acompañan el sueño tranquilo que después de tanto tiempo parecen alcanzar. Y que, no obstante, será interrumpido repentinamente por una presencia nefasta: la muerte ha venido por Antonius, es su hora. El noble caballero, quien ha dejado ver su rostro angustiado, es tomado por sorpresa y propone a la pelona un trato: jugar una partida de ajedrez, de tal modo que si él pierde partirá con ella, y si gana, ésta lo dejará vivir. De aquí en adelante, entre jugada y jugada, el cruzado tendrá
la oportunidad de apearse de su caballo y abandonar su armadura e intentar descifrar el sentido de su vida, y, en última instancia, el de la muerte.
Este es, a guisa de prólogo, el argumento inicial del Séptimo Sello, la película que hiciera Ingmar Bergman en 1957, inspirada en sus recuerdos de infancia, pero fundamentalmente, motivado por una de sus más grandes preocupaciones: la muerte y la ineludible búsqueda de explicaciones acerca de ella, las que finalmente lo conducen a Dios y a la fe. De forma bastante alegórica, pero no menos cruda, esta aproximación del director sueco lleva la muerte a escena; allí es personificada por un hombre de aspecto frío y malicioso quien, además de ser un versado en el juego de ajedrez, lo es también en las artimañas y argucias de la vida, asuntos en los que ni el

en el