ISBN 0124-0854
N º 57 Junio de 2000
Defensa innecesaria del nadaísmo
Paul Klee, Virgen sobre árbol, 1903. 23,6 x 29,6 cm
Por: Eduardo Escobar
En 1957, Colombia vivía un período de agotamiento espiritual, después de la violencia partidista entre liberales y conservadores, que dejó miles de muertos y culminó con la creación del Frente Nacional, alianza de las aristocracias centenarias para dejar las cosas intactas: la ignorancia servil, las miserias sin misericordia de las
mayorías empobrecidas.
En 1953, las clases dirigentes se habían decidido por el remedio de una dictadura militar de corte populista, que devolvió la paz a la nación. Una paz esquiva y aparente, llena de complacencias criminales. Ese mismo dictador que habían usado de monosabio, fue derrocado en 1957. Cuando amenaza romper el arcaico bipartidismo con el
invento de una Tercera Fuerza.
En ese movimiento vago de la Tercera Fuerza, militaba un joven llamado Gonzalo Arango. Algunos sociólogos han emparentado la Tercera Fuerza con el Tercer Reich. Exagerando la nota. La Tercera Fuerza era algo más vago y premonitorio. Y la exageran sobre todo al acusar de fascista al profeta del nadaísmo. Ni