Agenda Cultural UdeA - Año 2000 JUNIO | Page 13

ISBN 0124-0854
N º 57 Junio de 2000
Esto parece lo que nos transmiten los poemas de Alfonsina Stomi y Alejandra Pizarnik con los cuales se inició este ejercicio de escritura. Sólo así se puede convocar la palabra del poeta, sólo así se puede acceder al milagro de un poema que alcanza cimas inesperadas cuando traspasó el ahora que subyace al sentido literal que escucho, cuando dejo abierta la puerta para que el intruso que nunca duerme entre y se instale en mí.
Un recorrido por sus escritos nos muestra a dos mujeres vitales, capaces de bordear los límites más profundos de la existencia humana. Ellas mejor que nadie pudieron interpelar su época desde la poesía. No se callaron su dolor y no claudicaron ante el amor. Sobrevivieron a muchas catástrofes y se hicieron hermanas de las palabras porque sabían que en ellas se ocultaban tesoros incalculables.
Se podría decir que el dolor parió sus obras poéticas. Ninguna de ellas esconde la desesperación de su existencia en medio de la cual nacen las metáforas más bellas. Es como un débil hilo de vida que se escapa entre las palabras, que traspasa el umbral de
la locura para instalarse en los miedos ancestrales y desde ahí poder decirse.
Alfonsina Storni diría:“ Un día estaré muerta, blanca como la nieve,/ dulce como los sueños en la tarde que llueve” 3. Años más tarde Alejandra Pizarnik: replicaría:“ Esta lila se deshoja./ Desde sí misma cae / y oculta su antigua sombra./ He de morir de cosas así.” 4
Pero si el dolor las parió, el amor las fecundó e hizo brotar del fondo de sus corazones los poemas más dulces y más tristes a la vez. Aunque el amor marcó sus vidas, no claudicaron ante él. Fueron soberbias a la hora de la entrega, bebieron en las copas del placer y el dolor hasta la última gota sin remordimientos, y trataron a ambos impostores con el mismo desdén con que se tratan aquellas cosas en la vida que no nos pueden apartar del camino señalado.
“ Emboscado en mi escritura / cantas en mi poema./ Rehén de tu dulce voz / petrificada en mi memoria./ Pájaro asido a su fuga./ Aire tatuado por un ausente./ reloj que late conmigo / para que nunca despierte” 5 escribe Alejandra Pizarnik. Pero
ya mucho antes Alfonsina Storni había señalado:“… voy a morir ahogada / Por luces y fragancias …/ Es que en medio de la selva / Tu voz dulce me llama” 6
“ La vida tuya sangre mía abona / Y te amo a muerte, te amo; si pudiera / Bajo los cielos negros te comiera / El corazón con dientes de leona” 7.“ Tú haces el silencio de las lilas que aletean / en mi tragedia del viento en el corazón./ Tú hiciste en mi vida un cuento para niños / donde naufragios y muertes / son pretextos de ceremonias adorables” 8
Pero sus destinos fueron trágicos; desde muy temprano supieron que la parca les iba ganando la partida y aún así jugaron. Tenían muchas cosas para decir y compartir con todo aquel que se dejara convocar por el hechizo de sus palabras. De esta manera irrumpieron con voz propia en las letras latinoamericanas y se hicieron escuchar en otras latitudes. Ahora nos quedan ecos de un trabajo que cada día propone nuevos sentidos y va más allá de lo que ellas mismas pudieron sospechar.
Sus poemas fueron premonitorios, en ellos se deja oír el llamado que