ISBN 0124-0854
N º 53 Febrero de 2000
en la mente, y pueden pasar de un modo imperceptible de ser párrafos ajenos en una página a ser íntimos recuerdos o convicciones irrenunciables.
La vida cotidiana requiere continuamente de nosotros el decidir y valorar los hechos de acuerdo con los dictados de nuestra conciencia, en casos donde la sociedad no puede intervenir y la ley no puede sancionarnos.
nuestra libertad, y es el verdadero escenario de la convivencia social. Pero en nuestro caso, inoperante el Estado y desgarrado el tejido social, la ética es asunto de vida o muerte, y para alcanzar una conducta ética, en la modernidad, es indispensable la formación de un sujeto responsable, capaz de dialogar consigo mismo, capaz de meditar sus actos, es indispensable la formación de individuos, y yo diría que la lectura es fundamental en ese proceso. Los libros, cuya cercanía obra una suerte de extensión de nuestra facultad comprensiva, que expande el espacio de nuestra mente, que hace flexible y distinto el paso del tiempo, generan una singular tensión entre nuestra interioridad y el mundo, ya que lo que dicen está a la vez en las páginas y
Por supuesto que los nukak makú desnudos por su selva, no tienen necesidad de libros, pero es porque saben leer en la naturaleza de su selva unos textos que nosotros no desciframos. Es ése el tesoro de su memoria ancestral, el arte de sobrevivir, de convivir, de cazar, de tejer fugaces moradas con lianas y bejucos, la relación con el cuerpo, con la enfermedad, con la muerte, la presencia de los ritos y los mitos y en ellos una memoria compartida que bien puede bastar para su mágica supervivencia en un mundo que nosotros vemos como peligro y amenaza, pero que ellos saben vivir como un hogar y una patria. Así descifran los embera-catíos el lenguaje de las pinturas sobre el cuerpo, las líneas rojas del achiote y las acres o amarillas del nogal macerado; así leen los pueblos amazónicos en grafismos cincelados sobre la piedra los textos del mito de la gran serpiente y en las manchas de la anaconda el mapa de las constelaciones; así pronuncian los sikwani del Vichada los rezos que protegerán al niño en las enfermedades o que