ISBN 0124-0854
N º 59 Agosto de 2000 reservas a Maurice Yvain , el autor de Mon Homme , en tanto que Darius Milhaud calificaba de “ admirable ” la Valencia de Padilla …
Pero de muy distinto modo ocurrían las cosas en la América Latina de aquellos años . Ahí donde las calles resonaban de tangos , rumbas , sanes , bambucos , guarachas , boleros y mariachis , la hostilidad de ciertos músicos serios , sinfonistas , profesores de conservatorios , hacia la llamada “ música ligera ”, llegaba a cobrar caracteres inquisitoriales . Una hostilidad venida de lo alto fulminaba cuanto se manifestara en modesta - aunque a veces muy afortunada- expresión debida a viejas tradiciones rítmicas y melódicas , de las que “ andaban en boca de las gentes ” -como hubiese dicho , refiriéndose al romance , el trujamán del Retablo Pedro- y que , por lo mismo , gustaban a “ las gentes ”. Y , en el disparadero de clasificar las tantísimas músicas que en las ciudades , pueblos y campos sonaban , llevando una vida propia ,
ignorante de críticas doctas , los músicos que harto se tomaban en serio llegaron a establecer , aquí y allá , en tierras de nuestro continente , una increíble clasificación y escala de géneros que comprendía : a ] la música culta ; b ] la música semiculta (?), estas últimas entendidas en algunos lugares como “ música clásica ” y “ semiclásica ” (!), lo cual alcanza el absurdo por una total imposibilidad de deslinde ; c ] música popular ; d ] música populachera ( sic ); e ] música folklórica , tratada con una deferencia un tanto abstracta e intelectual hacia el hombre de huarache y alpargata , quena y de guitarrico ( Herder y Nerval nos habían enseñado a respetarlo …), sin separar ese folklore un tanto elaborado ya por ejecutantes inspirados , dotados de religiosa invención rítmica y melódica del documento etnográfico , ofrecido en términos de notación metódica y científica , tal como se nos presentan numerosos cantos y sones de indios selváticos americanos en el libro Vom
Roraima |
zum |
Orinoco |
( 1923 ) |
del |
explorador |
Theodor Koch-Grünberg . |
Invirtiendo la escala de valores establecida por compositores latinoamericanos cuyas obras quedaron , por lo general , al margen de la historia de la música universal -esa es la triste verdad- , nos encontramos con que , por parte de ellos , hubo un malentendido inicial en cuanto a los enfoques de la música un tanto respetuosamente calificada por ellos de folklórica -o bien , llevando más adelante una casuística divisionista de lo elemental dentro de lo elemental , de “ folklore-al-estado-puro ”. Pero no vieron esos mesteres de clerecía que cuando una música se nos muestra “ en estado puro ” de función ritual primigenia , no puede ser considerada todavía como música , puesto que ahí el significante responde a un significado debido a nociones que hemos perdido . Ocurre con ello lo que con la escultura de tiempos remotos ,