Agenda Cultural UdeA - Año 2000 AGOSTO | Page 12

ISBN 0124-0854
N º 59 Agosto de 2000 obras valiosísimas , como había ocurrido en los románticos tiempos de Heredia y de Olmedo ) a los futurismos , abstraccionismos , expresionismos , surrealismos , nacidos en Italia , Francia o Alemania .
Durante los siglos XVII Y XVIII , el alarde de buena información , en lo que se refiere al arte sonoro , se produce en las iglesias , donde se produce una música religiosa abundante y de muy buena factura que -tal el caso particularmente interesante de Venezuelallega a originar una verdadera escuela , con figuras de muy fuerte personalidad . Pero ahí no se busca una expresión del carácter nacional , puesto que tal empeño estaría reñido con el necesario funcionalismo de las partituras . Se trata , sobre todo , de responder
bellamente , dignamente , a los requerimientos del culto , “ aunque a veces ( pero eso es excepción ) la mano del maestro de capilla , del kapellmeister , se suelte un poco , dando paso , fugazmente , a alguna cadencia de ascendencia hispalense , o , en villancicos pascuales de estilo festivo y más popular , asome el acento criollo , aunque con mesura y sin recurrir jamás a los ritmos locales - pudiendo citarse los “ Villancicos ” del cubano Esteban Salas ( 1725-1803 ) como ejemplos de ese “ estilo libre ”… Pero así como la música religiosa es algo abandonada por los músicos europeos del siglo XIX , la nuestra , de esa época , cae en franca decadencia , ablandando y teatralizando el tono . Y ello respondía a una contingencia general , puesto que , en la misma Europa , el teatro lírico cobraba una importancia nunca vista , hasta el extremo de constituirse en competencia desleal y arrolladora para la producción sinfónica y , sobre todo , para la música de cámara , reducida , esta última , a la triste condición de pariente pobre , allí donde el “ Cuarteto ”, omnipresente en el siglo anterior , es considerado , durante largos años , como un mero ejercicio de escuela . Y la onda operática habría , pues , de alcanzamos , por nuestro laudable afán de estar al día . No hubo centro musical latinoamericano de importancia donde alguien no escribiese una ópera o varias óperas . Óperas de asunto nacional
generalmente ( de tipo legendario , histórico , épico , los temas no faltaban …), aunque , en cuanto a la forma , al mecanismo dramático , al tratamiento vocal e instrumental , fuesen fieles remedos de la ópera italiana , con alguna grandilocuencia meyerbeeriana cuanto más ambicioso era el empeño . En México , en Cuba , en Venezuela , proliferaron esas óperas , más nacionalistas por el argumento que por el contenido , alcanzando esa corriente , en algunos países , las dos primeras décadas de este siglo . Pero de ese ciclo operático que respondía aún al espíritu romántico ( pues no nos referimos aquí , desde luego , a ciertas partituras escritas después de 1920 ), sólo nos queda como valor real , antológico , altamente representativo , el eficiente y logrado “ Guaraní ” de Carlos Gomes ( 1836-1896 ), ilustración perfecta del género .
Pero , pese al éxito de ciertas óperas nuestras ( Gómez , Gaspar Villate , etc .) que , pasando el Atlántico , sonaron en teatros de Francia y de Italia , no era en los escenarios líricos donde habíamos de buscar una expresión de lo criollo , sino en la invención siempre fresca , viviente , renovada , de aquellos músicos que serían discriminatoriamente calificados de semicultos , populares , o populacheros por ciertos compositores del futuro , harto ufanos de su sabiduría y técnica . El primer gran best-seller mundial de la música latinoamericana es ,