ISBN 0124-0854
N º 49 Septiembre de 1999 expresión, quiere decir que en ese momento adquieren un compromiso con el arte y una conciencia como artistas, dejando a un lado cualquier sospecha de tomar la pintura como entretenimiento.
Dora Ramírez realiza en 1967 su primera exposición individual, en el museo de Zea. En 1970 participa en el XXI Salón Nacional, donde merece un comentario favorable a su obra por parte del crítico y jurado venezolano Juan Calzadilla, quien anota:“ La Atlántida, el continente perdido, trabajo de Dora Ramírez, es muy sincero y bien ejecutado, y donde la forma de una manzana viene a corresponder al clima mágico que la artista intenta traducir del tema”. En 1972 participa en la III Bienal de Medellín, y en 1973 es invitada por la Unión Panamericana de Washington.
Dora rescata en su pintura objetos de la vida cotidiana, como una olla a presión, un huevo, una manzana o un mantel a cuadros y, por medio de colores planos y llenos de luz, logra trascender el objeto real en una imagen hiperbólica que los engrandece en su exageración, y logra distanciarlos de otros de su clase y convertirlos en objetos de reflexión artística. En la misma dirección interpreta los personajes que componen su serie de“ mitos” como Rodolfo Valentino, los Beatles, Gardel y otros más.
Marta Helena participó por primera vez en una exposición colectiva en 1967. Esta muestra, patrocinada por Coltejer, se tituló Arte nuevo para Medellín; la
Débora Arango. La monja intelectual. Acuarela
artista envía a ella tres trabajos pictóricos de los que Aníbal Vallejo, otro de los expositores, comentó:“ Lo de Marta Helena era extraordinario y la mejor calidad de esos momentos”. En 1972 fue distinguida con uno de los premios de la tercera Bienal de Medellín, por su obra conjunta con Juan Camilo Uribe, denominada Adán y Eva. Ese mismo año obtiene el segundo premio en el Primer Salón de Artistas Jóvenes Colombianos de la Universidad de Antioquia, y el tercer premio en el Salón Regional de 1976. Las obras de Marta Helena, en estos primeros años, oscilan entre el sueño y la realidad, lo etéreo y lo mágico, como lo expresa la misma artista cuando explica lo mágico e inaprehensible de sus pinturas en cuanto son una intermediación entre la vida hostil y lo que queremos.
En síntesis, con la referencia a estas tres mujeres, se quiere señalar un cambio de mentalidad en una cultura, reflejada en una forma diferente de abordar la crítica