ISBN 0124-0854
N º 51 Noviembre de 1999 nace en 1843, el mismo año que el célebre autor Henry James. Para entonces, Stendhal ya había muerto; a Balzac le quedaban siete años de vida; Flaubert ya estaba escribiendo; Tolstoy y Dostoievsky también; maestros de la dimensión de Víctor Hugo, Dumas, Dickens, las hermanas Bronté y Herman Melville, ya estaban creando grandes novelas. El castellano tenía novelistas, desde luego, pero eran talentos menores en comparación con estas figuras colosales. Y en el caso de Colombia, el vacío es todavía más evidente: nuestra primera gran novela, María de Jorge Isaacs, se publica en 1867, diez años después de Madame Bovary, y mientras que en 1924 se proclama La Vorágine como un acontecimiento literario( y para América Latina lo era), dos años antes se había publicado Ulyses de James Joyce. Por tanto, todo parece indicar que es cierto: al analizar la tradición novelística en español, después de Cervantes, se extiende un vacío de siglos, y luego, cuando el género por fin se pone en pie y de veras recupera su prestigio, la mayoría de los autores más valiosos son latinoamericanos. Entre ellos, García Márquez ocupa un lugar preponderante. Por eso, no resulta descabellado afirmar que, luego del
Gabriel García Márquez es el novelista más importante de Colombia en el siglo XX y, sin duda, en toda su historia literaria. Más aún, y para orgullo nuestro, es probable que sea el novelista más destacado, en lengua castellana, después de Miguel de Cervantes. Así lo señaló Pablo Neruda en varias ocasiones, y así lo repetía el catedrático de la Universidad de Harvard, Juan Marichal, cada vez que podía. Inclusive, con el paso del tiempo, ese veredicto no sólo se escucha con mayor frecuencia, sino que parece más justo
creador del Don Quijote, el novelista más importante en castellano es nuestro compatriota.
Pero si en comparación no existe, por decirlo de alguna forma, el concurso o la competencia( desde el punto de vista novelístico) en nuestro idioma, como sí la hay en otros, no por eso el mérito de García Márquez es menos grande. En medio de la explosión de autores en español de este siglo, quizás él es el más leído, el más estudiado y el más
universalidad. traducido de todos. Por supuesto, muchos han escrito excelentes novelas en castellano. Pero casi ninguno desde Cervantes ha escrito tantos y tan buenos libros como el hijo del telegrafista nacido en Aracataca. Es decir, pocos han creado una obra más perdurable( con la posible excepción de Rulfo), y a la vez tan vasta y extensa, de mayor aliento y, sobre todo, de mayor
Aún así, lo que resulta sorprendente es que en Colombia-y es un hecho digno de meditar que este tipo de afirmación sólo se escuche en nuestro paísproliferan juicios como:“ García Márquez es apenas un buen periodista que captó lo que aquí vemos todos los días”. Sí: esa realidad la vemos a diario,