Agenda Cultural UdeA - Año 1999 JULIO | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 47 Julio de 1999
Cuando el lector se adentra con su lectura por los vericuetos de estos relatos, es como si, al modo positivista, se encontrara de plano con el mecanismo, el andamiaje y la desnudez del funcionamiento, con el auxilio de una descripción minuciosa, obsesiva y casi delirante. La prosa de José Saramago no sólo es el bisturí y la herramienta para acceder a los órganos ocultos y a los sistemas mecánicos, sino la palabra mágica y escueta para nombrar, desde la superficie, la psicología de los personajes: sentimientos y emociones sin pasado, sistemas reales y simbólicos en pleno funcionamiento.
Símbolos que funcionan, por supuesto, desde el tenor estilística de Saramago, quien ha configurado una forma de decir, hasta la propiciación de la evocación que logra con sus personajes: si algo particulariza el trabajo narrativo de Saramago es la delimitación característica de los hombres que caminan por los territorios de su ficción, y ello, en términos de pintar más sus espíritus que sus fisonomías. Los personajes de Saramago están alentados por la voz narrativa, pues en los textos, por así decirlo, el demiurgo, que es el narrador, no se oculta detrás del escenario ni desampara al lector ante las vicisitudes de esa realidad que transcurre en el espacio y en el tiempo
Su obra misma se erige entonces como comprobación de la utilidad de la literatura, de su sentido pleno en la expresión de lo humano: de la creencia visible del autor en la libertad. ¿ Puede haber mejor hallazgo al finalizar una lectura?
del relato.
En estos relatos, búsqueda de voz de Saramago, el tono es minucioso, a ratos demorado en sus avances, pero en general determinativo, porque es la autoridad del autor omnisciente la que se impone para entregar al lector un producto estético y literario para el goce de la imaginación. Seis relatos componen este volumen sobre las“ casi cosas” del mundo de Saramago: Silla, Embargo, Reflujo, Cosas, Centauro, y Desquite. Las temáticas, si es posible la catalogación, agrupables en tomo de las preocupaciones modernistas: el absolutismo de los sistemas políticos, la uniformidad de las masas en sociedades de consumo, la eliminación de las diferencias, y quizás, el ancestral anhelo de borrar los límites entre el hombre y la naturaleza.
¿ Qué puede entonces nombrarse como novedoso en esta narrativa del portugués? Además de constituirse, como ya se dijo, en importante eslabón en su trabajo creativo y novelístico, junto con su Manual de pintura y caligrafía( 1977), para llegar, a la considerada por muchos, su mejor novela: Alzado del suelo( 1980), esta compilación de relatos es un bello prólogo de su obra y una valiosa muestra de la literatura actual: actual tanto por los temas de los que se ocupa,