ISBN 0124-0854
N º 44 Abril de 1999
Por: Doris Elena Aguirre
“ De púas, de cuchillos, es la piel del poeta” Y su estatus frente a la poesía es de instrumento de lo que no cese de decirse a través de la ' palabra que enarbola. Al poeta no sólo le toca reconocerse en esa existencia y en ese mundo de los que va apropiándose, sino que le está impuesta la tarea declaratoria del poetizar.
Para Piedad Bonnett, ese arduo y a la vez feliz trabajo de la poesía le ha significado ir dejando esos testimonios personales en los cuerpos de sus libros, que en conjunto declaran esa paradójica realidad de‘ no ser más que la vida’. ¡ Nada más! Desde su primer libro publicado: De círculo y ceniza( 1989), con el que recibió mención de honor en el Concurso Hispanoamericano de Poesía Octavio Paz, pasando por Nadie en casa( 1994), año en el que ganaría el Premio Nacional de Poesía de Colcultura, con El hilo de los días( 1995) y Ese animal
triste( 1996), hasta las más recientes publicaciones, como son: No es más que la vida-Antología poética-( 1998) y Todos los amantes son guerreros( 1998), ha ido configurando ese universo de palabras, imágenes y objetos consustanciales a todo poeta.
Y en este caso, el de Piedad Bonnett, habrá que establecer las coordenadas de su universo en los terrenos de la vida, en sus facetas cotidianas, en el ser orgánico que marca sin falta la dimensión de lo humano. Ella que habla con la voz multicolor de la poesía, posible espada que pone entre ella y el mundo, pero a la vez sutil telaraña con la que el mundo evita perderla. Su decir puede tener las intensidades del dolor de César Vallejo: inevitable hacer la relación, pero también puede elevarse solitaria, íntima, insuflada por la revelación que toca su fibra poética.