Agenda Cultural UdeA - Año 1998 MAYO | Page 11

ISBN 0124-0854
N º 34 Mayo de 1998
Golpes a mi puerta, de Alejandro Saderman. Tomada de la revista Kinetoscopio No. 25
Es esa falta de soporte industrial lo que impide la continuidad, obligándonos a una presencia marginal y aislada. Hoy aparecemos aquí y mañana allá, pero sin un flujo de obras que de forma permanente estén hablando a propios y extraños de la realidad dé nuestras cinematografías. No obstante lo anterior, la verdad es que hemos existido. Simplemente que esa existencia ha sido tan ardua y enrevesada como nuestra propia historia, bordeando en muchos momentos el milagro y siempre con el riesgo de la desaparición. Hay en la vida latinoamericana una proximidad continua a lo absurdo y al despropósito, y a veces esa pareciera ser la suerte de nuestros cines. Gabriel García Márquez, uno de los escritores que mejor ha sabido captar estas complejidades, se ha interesado desde hace muchos años en el medio cinematográfico. Sus esfuerzos por influir en él, han sido muchos: participando en la creación de
la Escuela de San Antonio de los Baños en La Habana y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, escribiendo guiones, dictando cursos y liderando distintos proyectos de producción. En una introducción a la serie Amores Difíciles, García Márquez escribió un texto que resume parte de nuestro drama: Un escritor inglés dijo:“ yo era famoso hace mucho tiempo, pero nadie lo sabía”. Algo similar podría decirse del cine de la América Latina, que tiene ya una cosecha anual considerable, una buena calidad y un carácter propio, y sin embargo sólo es conocido y reconocido por los especialistas. Hace unos treinta años ocurría lo mismo con nuestras novelas,- argentinas, brasileñas, colombianas, mexicanas- que terminaban por marchitarse dentro del ámbito quimérico de sus países natales. Algunas eran las mismas que hoy arrastran su gloria por el mundo entero, pero nadie dio fe de ellas hasta que los