ISBN 0124-0854
N º 34 Mayo de 1998
La azarosa existencia del cine latinoamericano
Si es cierto que el arte no tiene fronteras, es sobre todo el cine el que permite a productores, realizadores, actores y cineastas. de los distintos países hacer un trabajo conjunto que supera límites políticos, económicos, ideológicos y culturales, dando como resultado una verdadera internacionalización del arte
Por: Orlando Mora *
Igual que el Sísifo mitológico condenado a subir perpetuamente a la montaña, el cine latinoamericano debe preguntarse a cada paso por su existencia. Preguntan los demás y nos preguntamos nosotros mismas, agobiados por la duda que deja la falta de una presencia continua en las pantallas grandes de los teatros y también en las pequeñas de la televisión pública y privada. Llegamos tarde al descubrimiento del arte del siglo XX. Nunca pudimos organizar unas industrias sólidas en las primeras décadas de la centuria y la aparición del sonido acabó por desquiciamos antes de empezar en forma. Por eso nuestro pasado de la época muda es precario y además, para completar desgracias, casi totalmente perdido por la negligencia y el abandono de muchos. Brasil, México y Argentina tuvieron en las décadas del treinta y del cuarenta unas cinematografías con buenas bases, habiendo logrado los dos últimos, ganar franjas importantes de nuestros mercados. Las dificultades
desencadenadas por la Segunda Guerra Mundial, al lado de otras causas particulares, hicieron perder buena parte de lo que se había conquistado. Lo poco que quedó, nosotros mismos nos encargam os de enterrado en los años sesenta, cuando embriagados por la ilusión del llamado nuevo cine latinoamericano renunciamos a nuestras salas porque presentaban un cine presuntamente mimético, olvidando que sin esos espacios no es posible construir industrias, y que el cine sin
Sergio Cabrera dirigiendo La estrategia del caracol. Tomada de la revista Kinetoscopio No. 23
organización industrial es totalmente imposible.