ISBN 0124-0854
N º 32 Marzo de 1998
El rápido desarrollo y la divulgación de la nueva tecnología recién comienzan a brindar sus frutos. En ese proceso tiene mucho que ver el hecho de que las cinematecas hayan perdido el monopolio del manejo del archivo fílmico. En su lugar, se empezó a extender en el ámbito de diversas instituciones con programas educativos, la creación de colecciones de vídeo, con la intención formal de apoyar los estudios especiales de cine en muchas de ellas y aún las tareas de simple divulgación del arte cinematográfico.
Ahora bien, no es solo la historia lo que se recupera con el vídeo. En un momento en que es evidente la concentración de la distribución del cine en manos de las grandes compañías norteamericanas, el vídeo se ha convertido en una alternativa de excepcional utilidad para romper el cerco cultural que impone ese tipo de manejo. Hoy es viable a través de las cintas magnéticas mantener un conocimiento actualizado de lo que ocurre con el cine en todo el mundo; por vez primera el producto cinematográfico se ha universalizado en términos nunca antes conocidos.
Ya con el vídeo es menos grave encontrarse por fuera de las grandes ciudades. El vídeo vuelve realidad para el cine la noción de la aldea global, al tornar alcanzable una actualización que había sido imposible en el pasado. Cada vez el vídeo cobra más fuerza como segunda ventana de la exhibición, llevando a que las películas en poco tiempo sean lanzadas en ese
formato y queden a disposición de |
cualquier ciudadano del mundo, sin las |
exclusiones que imponían los |
mecanismos |
tradicionales |
de |
distribución. |
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De la mano de la nueva tecnología llegan no sólo los grandes clásicos( ya es posible conseguir casi completas las obras de muchos de ellos), sino también los trabajos de los nuevos realizadores, llámense Wong Kar Wai, Abbas Kiarostami, Theo Angelopoulos, Atom Egoyan, etc.
Esa doble vertiente que nos recupera el pasado y nos lanza al presente, torna imperativo la utilización de las posibilidades del vídeo. La cultura cinematográfica de hoy no existe y es absolutamente impensable por fuera del vídeo, en cuanto medio imprescindible para la información y formación de los nuevos espectadores y los nuevos realizadores.
Esa divulgación del cine de ayer y hoy se puede cumplir a través del sistema de acceso directo e individual de las personas a las colecciones. Pero también se debe intentar por medio de una programación pública, que ofrezca a los espectadores la posibilidad de ver las películas dentro de un contexto general( ciclos temáticos, de autor, históricos, etc.), acompañadas de una documentación que contribuya a enriquecer el criterio y afinar la percepción.
Tal es el criterio de la nueva programación de cine en vídeo que