ISBN 0124-0854
N º 35 Junio de 1998 en los siglos de conformación de la universidad latinoamericana- especialmente para los siglos XIX y XXtenía para la vida de nuestro continente, esto es, ser el espíritu de un pueblo, la” garante” del bienestar, la paz y la felicidad de una nación.
La relación entre educación universitaria y cultura ha sido despojada de su vínculo esencial, el pensamiento y el trabajo intelectual: Las denominadas corrientes culturales de última hora, las del fin de siglo se introducen en esa manera tan“ provincial” de educar, es decir, el de utilizar“ reglamentaciones y fórmula” necesarias para conseguir el éxito. Si se utilizan bien“ ciertas fórmulas y reglas” de la cultura, se asegura el triunfo de la vida social. La experiencia de la educación universitaria refleja el supuesto cansancio de la civilización, y la noción que se invoca de la cultura no es sino el“ perecedero” objeto adquirido ya sea en la tienda de la esquina, el supermercado o la ferretería, cuando no en los“ kioscos” de la esquina.
Cualquiera, según el lugar que ocupa en la universidad, se ufana de la creación y lo que es peor de la asimilación de los bienes de la cultura sin trabajar por ella y menos conocerla. ¿ De qué peculiar cultura se habla en la universidad? A la cultura que se refieren muchos no es más que el“ artificio” útil para ser considerado“ universitario”. De la búsqueda de la“ felicidad” en dos pasos, se desplazan a la búsqueda de la suerte en tres, y uno nuevo, no por azar promete resolver el destino de la humanidad, presente y futuro del hombre.
Hay que contar con el hecho de que bajo el nombre de la pluralidad, esas diversas expresiones culturales,“ la de los ornamentos”" se inmiscuyen en la vida diaria universitaria, cada cual tiene su versión de la cultura y se aceptan de manera desmedida para convertirse en la excusa de una fatal mediocridad, es decir,“ culto” es aquel que consume los bienes terrenales o espirituales de la sociedad de masas y que bajo la fama, la pose y el aditamento puede ser considerado como tal. Nada está más lejos de figurar como un auténtico desarrollo del estudio universitario, cuando los poseedores de cultura, de aquella que se ofrece en las aulas y en las cafeterías sólo ven reflejada en ella su status, su posición social o su posibilidad de ascenso social y económico.“ No hay documento de la civilización que no sea al mismo tiempo un documento de la barbarie”( W. Benjamin).
* Profesor de Sociología de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia.