ISBN 0124-0854
N º 36 Julio de 1998 se le respete su creación. Es difícil que el juego invada de la misma manera al niño que al adulto; el adulto se encuentra bastante codificado, más normatizado que el niño y por ende no se atreve a desarrollar muchas de las actividades que de alguna manera hizo en su infancia. Sin embargo, el juego no debe atribuirse sólo a los niños, ni a los artistas, ni a los que lo mercadean, el juego debe ser visto como patrimonio de todos, sin distinciones de ningún tipo.
El juego: un asunto muy serio
El juego indistintamente de la forma como se practique es inseparable del tipo de personalidad constitutiva de la humanidad en sus diferentes etapas de desarrollo. Sea en la infancia o en la edad adulta el juego representa para la persona un aspecto de vital importancia.
El juego en el niño
El juego influye en el desarrollo intelectual, afectivo, psicológico y social del niño. Para el niño jugar es una necesidad vital, es como trabajar, con ello aprende, se entretiene, se relaciona con los otros y se desarrolla física y psicológicamente; el juego le ayuda a formarse para afrontar su futuro. El jugar para el niño no tiene nada que ver con lo que los adultos podemos entender por jugar. Posiblemente el poner unos cubos de madera encima de otros parezca una simpleza, pero para un niño puede representar una tarea complicada y muy interesante. Gracias al juego el niño desarrolla su percepción, su autocontrol, su creatividad y su capacidad de expresión. Jugando, el niño aprende a compartir y a disfrutar de la compañía de los demás. Aprende a evaluar ya considerar los sentimientos de las otras personas. El juego desarrolla el ejercicio físico, importante para el desarrollo corporal y la rapidez de reflejos. Jugando, el niño se enfrenta a problemas que él mismo se plantea, son aventuras que tiene que resolver, con ellas se autoentrena y pone en marcha su imaginación, aprende a razonar con eficacia para conseguir los fines que se ha propuesto.
El juego en el adulto
El juego en el adulto es más que una herramienta de distracción, es la posibilidad de volver los sueños realidad, de volver la realidad un sueño. A través de él, es fácil convertirse en mendigo, arquitecto, ingeniero, médico, poeta, alcanzar las estrellas e ir al fondo del mar. El juego permite al adulto alcanzar la longevidad y la sabiduría o retornar a la etapa infantil e ingresar a un mundo fantástico, permite también birlar el mundo real de la normatividad social, mundo del que se quiere muchas veces escapar para seguir siendo un niño.
Los juegos tradicionales
Los juegos tradicionales son la expresión viva del quehacer cotidiano de muchos