Agenda Cultural UdeA - Año 1998 JULIO | 页面 6

ISBN 0124-0854
N º 36 Julio de 1998

Educación, ocio y cultura

Victor Molina Bedoya *

La educación tiene como responsabilidad fundamental, en primer lugar, coadyuvar al proceso de liberación y desarrollo integral del ser, y en segundo lugar, ser factor decisivo e indispensable del desarrollo social y del progreso cultural. Pensada en esta perspectiva, a la educación en momentos de crisis social se le reclama desempeñar un papel protagónico en su superación, pues aunque se nos presenta el concepto de formación integral como el camino más claro, no logra cumplir una acción coherente y efectiva. En esta dirección proponemos que para abordar la formación integral del ser es preciso asociarla al concepto de formación en OCIO, entendido el ocio como la posibilidad de desarrollo personal y social del ser.

La formación en ocio es un proceso complejo en el que el ser humano valora su capacidad de conocimiento y de creación de las condiciones necesarias para vivir una vida digna y satisfactoria, autónoma y placentera, de tal manera que el ocio se convierta en el móvil de la intervención pedagógica. 1 Quien se forma en ocio comprende que todas las experiencias son educativas y que por tanto esta formación precisa de ' una actitud de vida distinta de los sujetos; una actitud diferente para interactuar y aprender con los otros, una nueva actitud frente a su entorno, y de forma especial, frente al
conocimiento: de búsqueda, de inquietud y curiosidad permanentes.
La formación en ocio, por tanto, no es una formación terminal, sino que ante todo precisa de la adopción de una postura diferente frente a los otros y frente a su medio que potencie relaciones de equidad, de respeto y de transformación, y que permita niveles de desarrollo que superen la perspectiva tradicional en la que el desarrollo ha sido limitado a alcances meramente técnicos y económicos y se oriente en una dirección más universal en la cual, además de lo anterior, sea posible el reconocimiento de los diversos mundos; un desarrollo que tenga como centro al ser humano y que considere como asunto central la posibilidad comunicativa desde los diversos usos de los cuerpos, desde la expresión de los sentimientos más profundos y desde el respeto a las actividades gratuitas y autotélicas 2 del ser.
Los planteamientos modernos sobre el ocio introducen profundos cambios ' en el campo del deporte y de la educación física, término por muchos años acuñado en nuestro medio. Hablar ya de procesos interactivos desde este campo, es pensar en una dimensión integral, en la dimensión del ocio expresado como potencia humana donde se reconocen todas las posibilidades del ser en términos de ideas, pensamientos, percepciones,