ISBN 0124-0854
N º 41 Diciembre de 1998 las fronteras y, sobre todo, cuando la figura bonachona del obispo san Nicolás llegó a Norte América como mascarón en los barcos de los holandeses que fundaron New Amsterdam( hoy Nueva York), fue transformándose en el actual Papá Noel que todos reconocemos. Pero su figura sigue siendo un llamado de atención para los cristianos: ¿ podrán celebrar estas fiestas tranquilos, mientras las caras sucias y hambrientas de los niños se pegan a las vitrinas para soñar con un regalo de Navidad que nunca poseerán, porque ya no existe san Nicolás que reparta regalos a quienes realmente los disfrutan?
Y así se podría continuar descubriendo el verdadero sentido de los muchos símbolos que rodean las fiestas navideñas, porque estas celebraciones no quieren tanto transportar a los hombre y mujeres al mundo de la niñez y a las bellas navidades de otros tiempos, sino que invitan a descubrir en sus símbolos el verdadero sentido de la fiesta: hacer consciente a la humanidad de que es necesario marchar todos unidos, como responsables de nuestra historia.
Realmente, es un tiempo de paz y alegría: un árbol con bombillas de colores, el pesebre, los regalos... Pero no es esto lo principal. Desde el pesebre de Belén un niño invita al cambio, y a aceptar esta invitación es un compromiso a luchar por la paz, a luchar por la justicia, a amar a los demás, a comprender ya perdonar, porque Navidad es un mensaje de salvación, no de condenación; de liberación, no de opresión; de alegría, no de tristeza.
Pero, ante todo, es preciso tener presente que Navidad no es la fiesta de un día en el año; es la fiesta de-todos los días, puesto que cada vez que en el otro se descubre a Cristo, cuando se contribuye al progreso y a la realización del hombre, siempre que se comparte algo sin esperar recompensa, siempre que se motiva la sonrisa del que sufre, siempre que se trabaja para construir una sociedad mejor sin intereses políticos, cuando se brinda el perdón, siempre que se estrecha una mano con cariño, siempre que se escucha al hermano con comprensión, siempre que se trabaja por los demás con desinterés, cuando se sabe sonreír, nace Jesús, es Navidad.
Lucía Victoria Hernández es Profesora de Estudios Bíblicos de la Universidad de Antioquia.