Agenda Cultural UdeA - Año 1998 DICIEMBRE | Page 23

Navidad es una palabra que evoca en nosotros una gran cantidad de sentimientos encontrados: alegría y tristeza, esperanza hacia el futuro y nostalgia del pasado
ISBN 0124-0854
N º 41 Diciembre de 1998 invitó a todos al pesebre a Herodes, a los sacerdotes, a los escribas y a los fariseos, pero únicamente fueron los pastores y los mago y hoy sigue invitando a todos, pero el pesebre pierde sentido si no se reconoce en el rostro del Niño a los millones de caras humanas que nos rodean.
El árbol tiene una significación muy importante, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En Antiguo Testamento, junto a los árboles se celebraban las grandes reuniones, los juicios y las asambleas pueblo( Jue 4,5; 1 Sam 14,2; 22, 6). La figura del retoño del tronco de Jesé la emplearon los profetas en anuncio del Mesías( Is. 11, 11). En el Nuevo Testamento, el árbol frondoso es imagen del Reino de los Cielos( Mc 4, 30-32). Por eso, no puede olvidarse el sentido religioso que tiene el árbol de Navidad; y, además, la presencia de la naturaleza que en esta época se representa también en las coronas, las flores de navidad y el tronco, están diciendo que, si la naturaleza ha sido afectada por el pecado del hombre, ella también participa de la redención que se inicia en el pesebre.
Las luces que adornan el árbol y las casas con ocasión de la Navidad, recuerdan a los profetas que anunciaron la llegada del Mesías con la figura de la luz: ¡ Levántate, brilla, que
Navidad es una palabra que evoca en nosotros una gran cantidad de sentimientos encontrados: alegría y tristeza, esperanza hacia el futuro y nostalgia del pasado
llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá y acudirán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora( Is 60, 13). Y en el evangelio de Juan, Jesús se reconoce como la luz: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, tendrá la luz de la vida( 8,12). Por eso, las luces en esta época despiertan la esperanza, porque la situación de nuestro país debe cambiar si se recibe la luz que irradia el Niño del pesebre.
El Papá Noel, san Nicolás o Santa Claus, como se quiera llamar, está unido a la tradición de los regalos de Navidad. Pero, aunque la agradable figura de este viejo regordete, alegre y sonriente, con larga barba blanca y vestidura roja se haya comercializado, no se puede esperar del verdadero san Nicolás, que nació en Patera, ciudad de Asia Menor( 280 d. C.) y murió en Myra, como su obispo, el 6 de diciembre aproximadamente, del año 343; se caracterizó por el amor a los niños y su generosidad con todos los necesitados. Sus restos fueron trasladados a la ciudad de Bari en el siglo XI, y desde entonces, con ocasión de su fiesta el 6 de diciembre, los vecinos reparten regalos a los niños y los ancianos necesitados. Al traspasar